Las actividades de administración están asociadas a la necesidad de coordinar constantemente las actividades de las secciones de la organización y de cada uno de sus miembros a fin de lograr objetivos comunes. Prácticamente todo lo que ocurre en la empresa está relacionado directa o indirectamente con los procesos de comunicación, por lo que constituyen un medio importante para garantizar la integridad y el funcionamiento de la organización.
El objetivo de la gestión de los procesos de comunicación es dar contenido a los flujos de información y canalizarlos de manera que se garantice la aplicación de los planes.
Es decir, el gerente debe concentrar sus esfuerzos en cuatro áreas interrelacionadas:
El administrador no sólo es una fuente de información, sino también un codificador de los mensajes enviados y un decodificador de la información recibida a través de los canales de retroalimentación. También es la persona responsable de definir el público objetivo y de seleccionar o crear el mensaje clave. Analiza el estado del problema, determina los objetivos y métodos del proceso de comunicación que se aproxima, elabora las formas y métodos de identificación del público, cuyo apoyo o comprensión necesita la organización; planifica las medidas de comunicación e información, organizativas y financieras necesarias.
La propia tecnología de la organización de gestión de las corrientes de información en su cadena contiene varios componentes de gestión, que están estrechamente vinculados en un único proceso tecnológico de gestión de las comunicaciones.
👉Bajo la gestión de las comunicaciones organizativas se entiende principalmente el desarrollo de una política de comunicación:
Para aplicar la política de comunicación, el encargado de la comunicación debe desarrollar una tecnología apropiada que determine los medios y métodos para lograr un contacto fiable con el público destinatario y, lo que es igualmente importante, prever mecanismos de rendición de cuentas y de influencia rápida en la respuesta del público destinatario.
El éxito del proceso de gestión, cuyo contenido consiste en acciones y comunicación, dependerá enteramente de una planificación bien pensada. La eficacia de la planificación se debe en gran medida a la capacidad de los administradores de pensar estratégicamente, es decir, de anticipar los parámetros de información del estado deseado de las cosas en el futuro, de determinar qué fuerzas y factores promoverán u obstaculizarán el progreso, y de seleccionar tácticas para acercarse al objetivo.
Al planificar la organización de la influencia sobre los distintos públicos, el gestor debe tener en cuenta que el mensaje transmitido, además del componente comunicativo, debe contener una carga motivadora suficientemente poderosa para estimular un determinado comportamiento.
El propósito de la comunicación es cambiar el conocimiento, las creencias, el comportamiento del receptor de los mensajes. Si es posible cambiar las actitudes, el comportamiento del objeto de la comunicación, entonces estas acciones pueden considerarse como influencia, que puede llevarse a cabo de tres maneras:
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