En las últimas décadas, los debates en torno a la cultura, la diversidad y la identidad se han intensificado. En este contexto surge el concepto de culturalidad, una noción que va más allá de hablar de culturas en plural y que se centra en la relación entre los individuos, sus prácticas y la construcción simbólica que da forma a la vida social. Pero, ¿qué es la culturalidad exactamente y por qué se habla de ella en relación con la multiculturalidad y la interculturalidad?
La culturalidad es fundamental para comprender la naturaleza humana, porque no se limita a describir las expresiones visibles de una cultura, sino que alude a la condición universal de ser cultural. Desde el lenguaje hasta las costumbres más simples, cada acción humana se enmarca en esta capacidad de generar sentido. Sin ella, no existirían instituciones, narrativas, valores ni formas de organización social.
En este artículo hablaremos del significado de culturalidad, su definición, su relevancia en la vida contemporánea, la visión de distintos autores que defienden la culturalidad y ejemplos que nos ayudarán a comprender cómo se manifiesta en la vida cotidiana.
Mientras que el concepto de cultura hace referencia a un conjunto de tradiciones, conocimientos o costumbres de un grupo humano, la culturalidad es la capacidad y necesidad humana de construir cultura. Por eso se habla de la culturalidad como algo universal: todos los pueblos, en todas las épocas, han generado formas simbólicas para dar sentido a su existencia.
No se trata solo de lo que una comunidad hace o cree, sino de reconocer que la capacidad de crear sentido es intrínseca a la humanidad. El significado de culturalidad cobra fuerza cuando entendemos que sin ella no existirían instituciones, narrativas, lenguajes o valores. Es aquello que nos diferencia de otros seres vivos y que nos permite dar forma a mundos simbólicos compartidos.
Ejemplos como el flamenco en Andalucía o la ceremonia del té en Japón muestran la culturalidad en acción. Esta condición nunca se agota, porque las culturas son dinámicas y están en constante transformación.
Uno de los debates más habituales surge al comparar culturalidad y multiculturalidad:
En resumen, la culturalidad es inherente al ser humano, mientras que la multiculturalidad describe una situación social específica. Sin culturalidad no existiría diversidad cultural, pero ambas nociones no deben confundirse.
Varios autores han reflexionado sobre este concepto desde diferentes perspectivas:
En disciplinas como la antropología, la filosofía o la sociología, la culturalidad se entiende como un eje teórico que permite distinguir entre:
Esta perspectiva es especialmente útil para reflexionar sobre fenómenos como la globalización, la migración o los procesos de integración social, donde la diversidad cultural se manifiesta sin perder de vista la base común que nos une como especie.
Algunos ejemplos claros de culturalidad en la vida cotidiana son:
Hoy podríamos añadir ejemplos contemporáneos como las redes sociales, los memes digitales o los eventos globales retransmitidos online, que muestran cómo la culturalidad se adapta a los nuevos lenguajes de la era digital.
En un mundo globalizado, hablar de culturalidad es más pertinente que nunca. Implica:
Reconocer la culturalidad nos ayuda a combatir estereotipos, fomentar el diálogo y promover sociedades más inclusivas.
La culturalidad también se relaciona con la interculturalidad:
Aunque el concepto es ampliamente aceptado, también plantea desafíos. Algunos críticos sostienen que hablar de culturalidad en abstracto puede invisibilizar las diferencias concretas entre culturas. Otros argumentan que reconocer la culturalidad universal ayuda a destacar lo que compartimos más allá de las particularidades.
El reto está en encontrar un equilibrio entre lo universal y lo específico: cómo valorar la riqueza de la diversidad cultural sin olvidar la condición cultural común que nos une.
Hablar de culturalidad es reconocer que nuestra riqueza está en la creatividad y que la convivencia depende de valorar tanto nuestras diferencias como nuestra condición cultural común. Nos acompaña desde el inicio de la humanidad y se manifiesta en cada lengua, ritual, obra de arte o forma de organización social.
Entender qué es la culturalidad, su significado, su relación con la multiculturalidad y la interculturalidad, así como las aportaciones de distintos autores, nos ayuda a comprender mejor tanto la diversidad como la unidad de lo humano. Hoy más que nunca, hablar de culturalidad significa reconocer que somos seres simbólicos y que la convivencia pacífica depende de este valor compartido.
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