Tal y como hemos visto la legitimidad viene determinada por un componente externo muy importante, haciendo que las empresas deban trabajar su proyección para con los clientes, ya que, si esto consideran o tienen una visión negativa de su forma de actuar o de sus productos/ servicios, va a suponer una reducción importante en el consumo.
Una parte importante para tener una cuota de mercado, y ser competitivo será influir en la opinión de los clientes, y tender a reducir impactos negativos que pudieran producirse a lo largo del tiempo.
La cuota de legitimidad de las empresas no es fija y pude sufrir diversos índices de desgaste, las variaciones vienen determinadas por la consideración que tienen diferentes agentes implicados, como pueden ser clientes, proveedores, grupos de interés, etc.
En todo este proceso conviene analizar el concepto de stakeholders, son la parte interesada, todas aquellas personas u organizaciones afectadas por las actividades y las decisiones de una empresa.
El comportamiento de la empresa es analizado constantemente desde múltiples puntos de vista, pensemos en políticas de igualdad, medioambiente, sociales, etc., que condicionan la forma de trabajo de una empresa en un entorno dado.
Además, el perfil de las personas en quienes se impacta está en constante cambio, pensemos en asociaciones, organizaciones, grupos ciudadanos, que emiten juicios de valor según el ámbito en el que operen. De ésta forma cambia lo que se analiza (factores de análisis) y quién lo analiza (stakeholders).
En la medida que las empresas varíen su comportamiento el impacto de la legitimidad es cambiante, de ésta forma una adecuación de su misión y valores en los objetivos empresariales afectará en mayor o menor medida en su resultado económico.
Identificar, y priorizar los grupos de interés hará más competitivas a las empresas, pensemos además que estos grupos pueden ser contrapuestos, debiendo de ser muy cuidadosos con las tendencias a priorizar.
La reputación empresarial impacta directamente en sus resultados, debiendo cuantificar los riesgos que suponen los juicios de valor negativos que emiten los agentes implicados, y tratar de monitorizar en todo momento la incidencia de los mismos.
La empresa debe anticiparse a los resultados, estableciendo estrategias de impulso de la legitimidad, haciendo que el impacto en el mercado produzca los efectos positivos que se pretenden.
Diversos autores identifican relaciones positivas entre estrategia de organización y éxito, así como proactividad y éxito, haciendo relevante que las empresas deben estar organizadas y dar pasos para llegar al éxito, haciendo que se posicionen mejor que empresas estáticas y que no evolucionan en su organización.
El arranque empresarial de una pequeña empresa que se implanta en otro país, es el ejemplo que mejor escenifica el grado de conformidad que puede tener una empresa, en un primer momento la competitividad empresarial vendrá dada por el propio mercado, si se trata de un mercado que puede ser hostil a la implantación extranjera, la mejor fórmula de introducirse en dicho mercado será tomar una actitud conformista y de adaptación al medio, ya que llevar a cabo innovaciones pueden suponer una merma de legitimidad.
Adaptar nuestra actividad a las necesidades del cliente, cubrir sus expectativas y seleccionar de forma correcta esos agentes de influencia, ayudarán a impulsar nuestra legitimidad. Corregir a tiempo desviaciones de este tipo es fundamental de cara a mantenernos en el mercado y tender hacia el lado positivo de esa fluctuación de legitimidad.
La competencia existente en el terreno de las comunicaciones y los smartphones, compañías que trabajan por ser las que más rápido desarrollen productos novedosos, ganando cuota de mercado. Empresas que irrumpen modificando la creencia que legitima a empresas tradicionalmente competitivas, incorporando fórmulas innovadoras.
Este proceso lo encontramos en banca con la creación de diversos “bancos malos” paralelos a la banca tradicional. Con el cambio de imagen se ha mejorado la confianza en la empresa y revierte en legitimidad empresarial. A nivel empresarial a todos los niveles nos encontramos con campañas que inciden en cambiar la opinión pública, apoyado por las redes sociales, y grupos de opinión que inciden e influencian en la mayoría.
Este cambio puede venir impulsado por diversos factores, ya sean legales, culturales o sociales, incluso causados por la propia evolución de los mercados. Empresas contaminantes que se reconvierten en plantas reclicladoras.
Otro ejemplo típico el de Nike y de otras empresas que fabrican ropa en países donde el salario y las condiciones de trabajo son abusivas, para posteriormente vender sus productos en otros mercados, situaciones que hacen que las empresas tengan que reconsiderar las condiciones que afectan a sus productos, para recuperar la legitimidad perdida.
Pensemos en empresa de dudosa credibilidad, pero que a fuerza de contratar con las mismas el sistema les otorga validez.
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