Si estás buscando trabajo (o quieres dar un salto profesional), tarde o temprano vas a tener que enfrentarte a la misma pregunta: cómo hacer un currículum vitae que realmente te represente y no pase desapercibido entre decenas de candidaturas.
Tu CV no es solo una lista de empleos y títulos. Es tu historia profesional resumida en una o dos páginas, tu tarjeta de presentación y muchas veces el primer filtro para saber si te llamarán a una entrevista… o no. Por eso merece la pena dedicarle tiempo.
Hoy te contamos qué es un currículum vitae, qué poner en un currículum vitae, qué tipos existen y cómo estructurarlo paso a paso para que sea claro, profesional y fácil de leer.
Aunque parezca obvio, antes de escribirlo conviene tener claro qué es un currículum vitae y cuál es su función real.
Un currículum vitae profesional es un documento donde resumes tu formación, tu experiencia laboral, tus habilidades y tus logros más relevantes. No es una autobiografía: es una selección estratégica de datos que responde a una pregunta muy concreta del reclutador: “¿Por qué deberíamos considerar a esta persona para el puesto?”
Por eso, más que preguntarte solo “qué es el currículum vitae” desde un punto de vista teórico, necesitas pensar:
¿Qué necesita saber esta empresa de mí?
¿Qué me diferencia de otros candidatos con un perfil parecido?
El CV sirve para:
Presentarte de forma rápida y ordenada.
Demostrar que encajas con los requisitos del puesto.
Despertar suficiente interés como para que te llamen a entrevista.
Si lo piensas así, deja de ser un documento cualquiera y pasa a ser tu herramienta de marketing personal.
No existe un único modelo válido. Antes de ponerte a escribir, decide qué tipo de currículum vitae encaja mejor con tu trayectoria:
Currículum cronológico (o cronológico inverso)
Es el más habitual. Presenta la experiencia desde la más reciente a la más antigua. Es perfecto si tienes una trayectoria relativamente estable y quieres mostrar evolución.
Currículum funcional
Organiza la información por bloques de competencias (gestión de proyectos, atención al cliente, análisis de datos, etc.) más que por empresas. Suele utilizarse cuando hay periodos sin trabajar, cambios de sector o cuando quieres destacar habilidades por encima de los nombres de los puestos.
Currículum mixto
Combina ambos: primero resaltas competencias clave y logros, y después detallas experiencia laboral en orden cronológico. Es una opción muy interesante para perfiles con varios años de experiencia que quieren destacar fortalezas concretas.
Currículum online / perfil de LinkedIn
Aunque no sea un documento en PDF, tu perfil de LinkedIn actúa como un currículum extendido. Conviene que la información esté alineada con tu CV principal.
Conocer los tipos de currículum vitae te ayuda a decidir cómo presentar mejor tu historia profesional. No es lo mismo cómo hacer un currículum vitae sin experiencia que el CV de alguien con 15 años en un mismo sector.
A la hora de decidir qué poner en un currículum vitae, piensa en bloques de información. Esto te ayudará a que el resultado sea ordenado, visual y fácil de escanear en pocos segundos (que es, de hecho, lo que hace la mayoría de reclutadores).
Los apartados clave suelen ser:
Puesto o posición a la que optas.
Datos de contacto.
Experiencia laboral.
Formación.
Habilidades y competencias.
Otros datos de interés (idiomas, certificaciones, voluntariado, etc.).
A partir de aquí, vamos punto por punto.
Uno de los errores más frecuentes cuando pensamos en cómo hacer un buen currículum vitae es usar el mismo documento para todo.
En la parte superior del CV, deja claro a qué puesto te postulas. Por ejemplo:
“Responsable de marketing digital”
“Auxiliar administrativo contable”
“Técnico/a de recursos humanos”
Puedes añadir una breve frase de perfil profesional (2–3 líneas) que resuma quién eres y qué aportas. Esto ayuda muchísimo a que el reclutador entienda tu enfoque en segundos.
Parece evidente, pero a veces se descuida. Incluye siempre:
Nombre y apellidos.
Teléfono de contacto.
Correo electrónico profesional (evita direcciones poco serias).
Ciudad y país de residencia (no hace falta la dirección completa).
Enlace a tu perfil de LinkedIn o a tu portfolio, si tienes.
La mención al salario es opcional y depende mucho del país y del sector. Si no te lo piden expresamente, puedes reservar esa conversación para la entrevista.
Este es uno de los apartados que más peso tiene en un currículum vitae profesional.
Al describir tu experiencia laboral:
Empieza por el puesto más reciente.
Indica nombre de la empresa, cargo, fechas (mes/año) y ciudad/país.
Bajo cada puesto, añade 3–6 puntos con funciones y, sobre todo, logros medibles.
Por ejemplo:
Gestión de una cartera de 150 clientes activos.
Reducción del tiempo de respuesta al cliente en un 30%.
Diseño e implementación de un nuevo proceso de onboarding para el equipo.
Utiliza verbos de acción: gestioné, coordiné, implementé, diseñé, analicé.
Y si te preguntas cómo hacer un currículum vitae sin experiencia, piensa que “experiencia” no es solo un contrato indefinido:
Prácticas.
Proyectos universitarios relevantes.
Voluntariado.
Trabajos temporales.
Proyectos propios (por ejemplo, una tienda online, un blog o una app).
Todo lo que demuestre que has aplicado tus conocimientos en la práctica puede tener su lugar.
El apartado de formación responde, en parte, a la pregunta de qué es el curriculum vitae: un resumen de tu trayectoria académica y profesional.
Incluye:
Titulación oficial (grado, licenciatura, máster, técnico superior…).
Centro de estudios y país.
Año de inicio y fin (o “en curso”, si todavía lo estás realizando).
Después, añade formación complementaria relacionada con el puesto: cursos online, certificaciones, seminarios, etc. Aquí puedes destacar, por ejemplo, másteres o cursos de especialización que hayas realizado recientemente para actualizarte.
Si llevas muchos años de experiencia, no hace falta detallar educación secundaria; basta con los estudios superiores más relevantes.
Llegamos a una parte clave: qué habilidades y competencias poner en un currículum vitae para que resulte atractivo y honesto a la vez.
Piensa en tres bloques:
Habilidades técnicas (hard skills)
Programas informáticos específicos (Excel avanzado, SAP, AutoCAD…).
Herramientas digitales (CRM, plataformas de email marketing, etc.).
Conocimientos técnicos propios de tu sector.
Competencias transversales (soft skills)
Trabajo en equipo.
Comunicación efectiva.
Organización y gestión del tiempo.
Resolución de problemas, pensamiento analítico, liderazgo…
Idiomas
Indica nivel real (por ejemplo, B2, C1) y, si la tienes, certificación oficial.
La clave aquí no es rellenar por rellenar, sino elegir bien. Pregúntate: “¿Qué habilidades esperan de alguien en el puesto al que opto?” y prioriza esas.
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Una vez que has definido cómo hacer un currículum vitae y has completado todos los apartados, viene un paso que marca la diferencia: la revisión.
Antes de enviarlo, comprueba:
Coherencia en los tiempos verbales
Puesto actual: verbos en presente (gestiono, coordino, diseño).
Puestos anteriores: verbos en pasado (gestioné, coordiné, diseñé).
Estilo homogéneo
Usa el mismo tipo de viñetas, el mismo formato de fechas y el mismo criterio para nombres de empresas y cargos.
Evita abusar de abreviaturas; si las utilizas, que sean comprensibles y coherentes en todo el documento.
Diseño limpio y legible
Márgenes suficientes, tipografía clara y tamaño de letra cómodo (ni minúsculo ni enorme).
Espacio en blanco entre apartados para que respire.
El documento debería caber, idealmente, en una página; máximo dos si tienes mucha experiencia.
Versión impresa y versión digital
Si lo llevas en papel, imprímelo en blanco de buena calidad.
Guarda siempre una versión en PDF para enviar por email o subir a plataformas.
Veracidad de la información
Asegúrate de que puedes demostrar todo lo que incluyes: niveles de idioma, competencias técnicas, responsabilidades, etc.
Al final, hacer un buen currículum vitae no va solo de seguir una plantilla, sino de adaptar el documento a tu perfil, al puesto y al país en el que quieres trabajar. Un CV claro, honesto y bien estructurado no garantiza el empleo, pero sí aumenta mucho tus posibilidades de conseguir esa entrevista que puede cambiar tu siguiente paso profesional.
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