México sigue siendo líder en crecimiento turístico en América Latina. El país recibió la visita de 25.803.000 turistas internacionales entre enero y noviembre de 2014, lo que supuso un aumento del 19,3% respecto a 2013, de acuerdo con los datos del Banco de México. Según la Organización Mundial del Turismo, México creció en ese periodo más del 19% frente a la media del 9% de todo el continente americano.
Por su parte, SECTUR, la Secretaría de Turismo del gobierno mexicano, indica que la actividad turística en México genera el 8.4% del Producto Interno Bruto y más de 2.2 millones de empleos, ocupando en mayor porcentaje a jóvenes entre 16 y 24 años de edad, lo que representa el 21.2% de este sector de la población.
En cuanto a la captación de divisas por turismo internacional, el Banco de México apunta que 2014 fue un año positivo en el que se alcanzó un crecimiento del 16,5% durante los primeros once meses del año.
La diversidad cultural, folclórica, gastronómica y paisajística de México es tan amplia que transmitir a los turistas -tanto a los internacionales como a los propios mexicanos- la información sobre los reclamos turísticos de los 32 estados mexicanos no es una tarea fácil.
Si bien es cierto, que México es conocido a nivel internacional por su gastronomía y sus playas, tanto las instituciones públicas mexicanas como las empresas del sector tienen aún mucho por hacer para explotar todo el potencial del país y dar a conocer la cada vez más amplia y diversa oferta de productos turísticos de cada región.
Entre los reclamos turísticos más conocidos de México están las ruinas antiguas de culturas mesoamericanas, las ciudades coloniales y los complejos turísticos de playa. De hecho, la combinación visitas a restos arqueológicos, sol y playa es todo un clásico en la oferta turística del país, que sigue funcionando.
Cancún y la Riviera Maya, en Quintana Roo, son los destinos más visitados por los turistas internacionales. Del 1 de enero al 30 de noviembre de 2014, recibieron casi ocho millones de turistas registrados en hoteles, según datos del Sistema de Monitoreo DataTur de la Secretaría de Turismo.
Con el propósito de diversificar la oferta y derivar la afluencia de turistas nacionales e internacionales a otros estados, en los últimos años se han impulsado nuevos productos turísticos bastante exitosos, sobre todo entre los turistas mexicanos y, por motivos de proximidad, entre los turistas estadounidenses, cuya recepción parece que está remontando poco a poco tras las diferentes crisis de seguridad sucedidas en México en la última década. Hablamos de iniciativas como la ruta del vino en Baja California o las visitas a los catalogados como “Pueblos Mágicos”, a la que nos referiremos más adelante.
En cuanto a la planta hotelera, los datos y previsiones hechos públicos durante la Reunión Nacional de Infraestructura Turística celebrada en el verano de 2014 en Puerto Vallarta apuntaban a que se necesitarían unos 180.000 cuartos de hotel más en los próximos diez años para atender la demanda a futuro, lo que implicaría un crecimiento del 70% del total de plazas disponibles en México en la actualidad.
La inversión privada nacional y extranjera en infraestructura turística a cierre de 2013 fue de 3,033 millones de dólares, un 66% más que la inversión realizada en 2012.
Las inversiones de terceros países en México no solo se dan en el sector turístico. Banca, energía, industria manufacturera y alimentación reciben inversión de países como Estados Unidos, Japón, Bélgica y España, entre otros. De hecho, México, tradicionalmente, es el segundo mayor receptor de inversión extranjera directa en América Latina, después de Brasil.
Esto, unido a la situación geográfica de México -punto obligado de conexión con Estados Unidos y Latinoamérica-, y al hecho de que el país cuenta con la infraestructura necesaria, convierten al turismo de negocios en un segmento clave para el sector turístico mexicano.
Desde luego que la voluntad política determina, en gran medida, el desarrollo de un sector. En el caso de México, la actividad turística lleva décadas demostrando que es lo suficientemente rentable como para dedicarle inversión.
En este sentido, la administración al frente del gobierno actual ha aprobado dentro del Plan Nacional de Infraestructura (2014-2018) una inversión de más de 180,000 millones de pesos para renovar y ampliar la infraestructura del sector turístico.
En un mercado global y cada vez más exigente y competitivo, las estrategias de promoción de los destinos se convierten en una prioridad para los gobiernos. En este sentido, México cuenta con una gran experiencia en la elaboración estratégica y ejecución de campañas turísticas de financiación público-privada.
Tanto los empresarios que operan en el sector como las instituciones gubernamentales son conscientes de que no se está aprovechando íntegramente el potencial turístico de México.
Pese a que los resultados en recepción de turistas convierten a México en un destino líder en Latinoamérica, si estos se comparan con la media de crecimiento de otros países emergentes, entre los que destacan Turquía, Tailandia y Malasia, se observa que, en realidad, la llegada total de turistas creció por debajo de las tasas que se registraron a nivel mundial. México ocupa la posición número 13 a nivel mundial y, sin embargo, su capital turístico es merecedor de figurar entre los primeros diez destinos turísticos globales.
Sin lugar a dudas, este es el problema más grave y de difícil solución que enfrenta México.
La guerra del narcotráfico está muy ligada a otros problemas como la corrupción policial, que también afecta a la libre circulación de los turistas y a la percepción y grado de satisfacción con los que estos regresan a sus hogares. Mientras que este problema persista, resulta imposible evitar que países como Estados Unidos lancen alertas a sus ciudadanos sobre los peligros a los que se enfrentan quienes viajan a México, con el grave perjuicio que esto supone para la industria turística del país.
Mayor competitividad y profesionalización en la prestación de servicios
La mejora de la competitividad del servicio ofrecido al turista internacional resulta relevante en la medida que estos turistas, acostumbrados a viajar y cada vez más exigentes, están acostumbrados a recibir un trato profesionalizado. Para ello, las empresas turísticas deben incentivar una política de recursos humanos de mejora continua, que complemente la formación universitaria y extracurricular.
Uno de los objetivos que se citan en el Programa Institucional del Consejo de Promoción Turística de México para el periodo 2014-2018 es incentivar a los turistas a que conozcan un mayor número de destinos durante su estancia en territorio mexicano.
Para que esto sea posible, una de las primeras cosas que el país precisa es mejorar la conectividad entre destinos. La amplitud del territorio mexicano complica el transporte por carretera, que además no es tan recomendable en determinadas áreas para los turistas internacionales por cuestiones de seguridad, así que la opción con más posibilidades de desarrollo es el transporte aéreo.
Ofrecer más vuelos directos y con mayor frecuencia de salidas desde los principales destinos turísticos del país y abaratar los costes de los vuelos internos facilitaría esa conectividad, al tiempo que ayudaría a abrir nuevos mercados.
Proximidad, precio y variedad en la oferta turística son las tres motivaciones principales de los mexicanos que eligen destinos nacionales para pasar sus vacaciones. Además, se añade el hecho de que los viajes internacionales exigen mayor previsión por aquello de ahorrar costes y planificar bien la ruta del viaje y los turistas mexicanos, en su gran mayoría, no planifican sus vacaciones con mucho tiempo y les gusta sacar partido a las ofertas de última hora.
El mexicano es también un turista que viaja en familia y siendo la media de hijos más alta que en cualquier país europeo, los costes para salidas internacionales se disparan para muchos mexicanos, lo que se traduce en una apuesta por destinos de playa domésticos.
Además, el ritmo del sistema laboral mexicano complica las estancias de más de una semana para la gran mayoría de trabajadores mexicanos, lo que se traduce en vacaciones más cortas, repartidas a lo largo del año, pero a destinos más cercanos.
En definitiva, la estrategia de mejora de la conectividad entre destinos mexicanos precisa apoyarse de un plan de promoción de esos destinos, de modo que las compañías aéreas consideren que las tasas de ocupación de las nuevas rutas serán las adecuadas para que la inversión a realizar sea rentable.
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