El área digital es uno de los pilares relevantes para la dinamización de la economía y una apuesta que arroja luz sobre el futuro de los profesionales. La actividad de determinadas profesiones parece haber quedado estancada ante la crisis, sin embargo, el ámbito digital no está vedado. Las oportunidades laborales siguen creciendo en dicho ámbito. Tiene un potencial que ha de ser explorado.
Las nuevas formas de informar y comunicar han venido para quedarse, han llegado de forma disruptiva y esto afecta con fuerza a diversos sectores profesionales en los que, en muchos casos, la multidisciplinaridad es el factor clave para “sobrevivir” laboralmente.
Tal y como la propia página de la Comisión Europea indica, la Agenda Digital para Europa (ADE), que se generó en 2010 y ha sido revisada en el año 2012, es la primera de las siete grandes iniciativas enmarcadas en el contexto de la Estrategia Europa 2020 para un crecimiento razonable, sostenido y que pretende integrar a todos los países y ciudadanos del área de la Unión Europea.
Crear un mercado único, digital, para toda la Unión Europea.
Establecer un marco jurídico moderno sobre las TIC.
Impulso de la confianza y la ciberseguridad en la Red.
Garantizar el desarrollo de la banda ancha en Internet.
Estimular la inversión en I+D relacionada con las tecnologías de la información.
Fomentar la alfabetización digital y el desarrollo de las principales capacidades del nuevo entorno en los ciudadanos europeos.
Aplicar las TIC para encarar los múltiples retos de la sociedad actual.
Uno puede generar su propia identidad digital participando en la Red: básicamente aportando textos, imágenes y vídeos a Internet, participando, en definitiva, del mundo web.
Una identidad digital bien gestionada y homogénea con la identidad analógica no solo repercute en una vida más activa en todos los ámbitos, sino que también tiende a consolidar un entramado social más sólido fuera de Internet. Incluso, a día de hoy, y evitando exageraciones, es fundamental para desarrollarse laboralmente.
La identidad digital se puede configurar de muchas maneras y una misma persona puede tener diferentes identidades utilizando herramientas diversas o tener solo una.
Blogs.
Microblogs.
Portales de noticias y sitios web.
Sitios de redes sociales genéricas o especializadas, tales como Facebook o LinkedIn.
Textos, fotografías o vídeos en la red, Google Docs, Picasa, Flickr, YouTube o Vimeo.
El correo electrónico.
Una identidad digital personal es una representación virtual que nos permite interactuar en el ciberespacio, proyectar una personalidad y difundir una trayectoria personal o profesional para aprender y compartir información, como noticias, webs, aficiones, opiniones, etc.
Es posible no querer tener una identidad digital y no participar activamente en la nueva cultura digital. Esta es una opción personal, no obstante, que no garantiza que otras personas hablen o publiquen material de un individuo determinado, o bien que alguien suplante su identidad en Internet.
Si bien es cierto que la propia identidad digital debería ser totalmente coherente con la identidad analógica, también es verdad que el entorno virtual puede ser el escenario idóneo para realizar algunas actividades concretas, como desarrollar una afición o encontrar contactos estratégicos para una determinada actividad profesional. También cabe destacar que la generación digital ya no diferencia entre la identidad digital y la analógica y tampoco haremos esta distinción en el futuro.
Todo lo que se publica en Internet queda para la posteridad, hecho que puede tener consecuencias futuras en la imagen y la reputación personal. Lo que se difunde sobre uno mismo y lo que nos rodea contribuye a escribir una memoria colectiva y perenne en la red. Son numerosas las quejas de los ciudadanos acerca del peligro que puede llevar que un documento quede en la red durante años.
Crear una identidad digital significa entender la tecnología y participar de ella. Es una oportunidad para demostrar quiénes somos realmente y acercarnos a la gente con intereses o aficiones similares.
Al igual que ocurre en el mundo analógico, hay buenas razones para tener varias identidades digitales en contextos diferentes. Pero experimentar otras identidades, a través de pseudónimos y avatares, es también un riesgo, del mismo modo que alguien puede tergiversar, también puede ser errado.
La credibilidad y la confianza, en el mundo virtual, también se gestionan aportando información responsable y ética.
El community manager es una figura dentro del departamento de marketing de una empresa, que tiene como cometido ocuparse de todo lo relacionado con la marca en el entorno de las redes sociales y la web 2.0. Para ello, funciona como nexo de unión entre la marca y el consumidor 2.0, es decir, el consumidor que puebla las redes sociales.
Atención: una de las máximas que más se repiten a la hora de marcar lo más importante del trabajo de community manager es “escuchar, escuchar y escuchar”.
Comunicación interna: la información que haya monitorizado y recopilado debe circular por el resto de departamentos de la empresa.
Portavoz de la empresa hacia la comunidad: el community manager es la voz de la empresa hacia el usuario y debe explicar la posición de la misma en cada una de sus acciones comunicativas.
Captación: el community manager debe saber reconocer posibles líderes y gurús entre los consumidores, debe identificar aquellos prosumer que son escuchados por la comunidad y debe intentar “reclutarlos” para la empresa.
Evangelización: el community manager tiene la responsabilidad de ser la voz de la empresa en redes sociales y, por ello, sobre él recae gran parte del prestigio que la marca tenga en las comunidades sociales.
Reacción: uno de los aspectos más delicados de las redes sociales es la permanencia de las acciones.
Estrategias en común: el community manager debe encontrar enlaces que permitan colaborar a la comunidad y a la empresa, y ayudar a esos departamentos a diseñar las estrategias necesarias.
Es posible que el community manager empiece su labor en una empresa que ya disponga de conocimientos previos sobre redes sociales y, por lo tanto, solo tenga que incorporarse a su puesto.
Sin embargo, a día de hoy, lo más habitual será que el community manager tenga que empezar de cero su trabajo, y por eso es importante plantearse algunas preguntas antes de iniciar acciones concretas en la comunidad.
Objetivos. Es importante que la empresa sepa definir por qué quiere estar en las redes sociales: en función de lo que se responda, el community manager diseñará una estrategia orientada a cumplir esos objetivos concretos.
Target. También es importante definir el público objetivo al que va dirigida la comunicación en redes sociales. Es necesario que el profesional que se encargue de ello delimite muy bien dicho público para que las estrategias desarrolladas en redes puedan tener éxito.
Estado de la situación. Es necesario hacer un trabajo de recopilación de datos objetivos sobre la situación de la empresa en el momento en el que se va a dar el salto a las redes sociales.
Presupuesto. En función del dinero que la empresa conceda al trabajo en las redes sociales, el community manager podrá plantear las campañas y acciones en las diferentes plataformas en un sentido u otro. A menudo, la creatividad es la principal arma del community manager en la red.
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