Los líderes no nacen, se hacen. Un líder se forma en el equipo, si se aprecian los recursos laborales y se presta atención al desarrollo a las siguientes habilidades básicas del gerente. O también cuando estas se pueden desarrollar en el proceso de interacción con el equipo.
Para ser un buen líder es necesario desarrollar habilidades para asumir la carga apropiada de dicha responsabilidad.
Detrás de esta frase fuerte está la habilidad más práctica, sin la cual los subordinados simplemente no verán al gerente como tal. La falta de responsabilidad es el obstáculo por el que muchos jefes no pueden conseguir o mantener la autoridad previamente ganada.
Si uno de los colaboradores no cumpliera con sus obligaciones interrumpiendo el cumplimiento del objetivo final, el gerente debe asumir inicialmente la responsabilidad ante el cliente (o su superior) y ser más cuidadoso con la supervisión suficiente en la implementación.
La delegación de autoridad no consiste sólo en asignar ciertas tareas a los miembros del equipo en función de sus cargos y obligaciones laborales. Incluso ni los miembros del personal más entusiastas y trabajadores suelen saber lo que deberían estar haciendo.
Pero eliminar una parte de las funciones, deshacerse de la rutina diaria, liberar algo de tiempo para la optimización del proceso de trabajo y el rápido logro del objetivo establecido, esto es la delegación de autoridad como la parte más importante de las habilidades directivas de un gerente.
Delegar la autoridad no es fácil. Sin embargo, la incapacidad de un líder para centrarse en lo que es importante, para dirigir sus pensamientos y conocimientos a cuestiones estratégicas, distrae del enfoque en el resultado final. Como resultado, tal organización a menudo no avanza.
La comunicación es la capacidad de interactuar a través de mensajes. Y significa ser capaz de escuchar, intercambiar información, entender las causas de los conflictos y resolverlos con habilidad. De hecho, existe incluso un término de este tipo: gestión de la comunicación.
La habilidad de comunicación implica todo un complejo de otras cualidades, sin las cuales la comunicación diaria con el equipo, los jefes y los clientes no es más que una charla vacía. Idealmente, un excelente efecto secundario de gestión de la comunicación es la capacidad de causar emociones positivas en el equipo.
La capacidad de interactuar de manera competente con el equipo implica que el gerente tenga habilidades de psicología de la comunicación, la capacidad de ponerse en el lugar de otras personas y, a veces, abstraerse del deseo de hacerlo (cuando es necesario, por ejemplo, para reprender o despedir a un empleado). Esta es una habilidad muy sutil que puede y debe desarrollarse.
La capacidad de planificar el trabajo para un día, dos o incluso un mes por adelantado es una habilidad útil. Pero no es necesario ser un líder para hacerlo: normalmente un empleado común sabe exactamente lo que va a hacer a corto plazo, y más aún es consciente de sus obligaciones diarias.
Un gerente hábil que ha delegado con éxito la autoridad dedica gran parte de su tiempo al desarrollo y la construcción de la planificación a largo plazo. El gerente no calificado presta poca atención a este tema, inmerso en las actividades rutinarias actuales.
Cualquiera que sea el trabajo, las responsabilidades incluyen la realización regular de ciertas tareas dirigidas a un resultado específico. En este caso, los objetivos pueden ser a corto y largo plazo. Pero sean lo que sean, se trata de los objetivos personales.
Esto requiere la ejecución metódica de los objetivos intermedios de cada miembro del equipo. Y todo esto sucede en un modo de trabajo rutinario constante, búsqueda constante de respuestas a preguntas urgentes y soluciones a los problemas que surgen.
Cualquier líder debe tener la motivación personal más fuerte. Sin embargo, cada miembro del equipo también debe tenerla. La mayoría nombraría los salarios altos y el desarrollo de la carrera como factores de motivación. De hecho, estos dos factores de motivación son los más comunes, pero no los únicos.
Un motivador muy fuerte, que siempre es capaz de utilizar cualquier líder, independientemente del nivel, es la capacidad de desarrollar en cada uno de sus subordinados un sentido de dominio de la situación y del negocio. Para ello, vale la pena confiar a los empleados la solución de los problemas que les permitan mejorar y desarrollar sus capacidades.
La superación personal cuando alguien se convierte en un líder de un gran equipo. Lo hace bien, logra motivar competentemente a los empleados, ha reunido un excelente equipo, por el que siempre está dispuesto a asumir la responsabilidad. Confía en su gente, delegando con éxito en ellos una serie de autoridades que les permiten desarrollarse cada día, y logra liberar mucho tiempo para otras cosas.
Para evitar el estancamiento, es necesario esforzarse por el cambio por sí mismo, desarrollar las cualidades de un buen líder y empresario, estar siempre atento a la organización. Esto permitirá tomar las decisiones correctas en momentos difíciles, ya sea en la producción o en cualquier otro proceso.
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