Dentro de los tipos de contaminación, uno de los que mayor preocupación genera entre la población mundial por las consecuencias devastadoras que produce, es aquella que es causada por materiales radiactivos.
La contaminación radiactiva, también llamada contaminación nuclear, consiste en la presencia de sustancias radiactivas en el ambiente, pudiendo afectar el agua, la tierra y/o el aire.
Esta forma de contaminación puede ser de origen natural o artificial:
Natural: Es la radioactividad que se puede producir por materiales radioactivos que ya existen en la tierra, y no por intervención humana. Un ejemplo de ello es el radón, un gas radiactivo que se crea naturalmente por la descomposición de metales como el uranio, rodio o torio en el agua subterránea o suelo.
Artificial: Es la contaminación generada por acciones del ser humano. Es decir, es la que proviene de materiales creados por el humano. Como ejemplo, se puede citar el accidente nuclear ocurrido en Chernóbil, Ucrania, en el año 1986.
Accidental: Es la contaminación que se produce debido a accidentes por el manejo o producción de sustancias radioactivas.
Industrial: Es la generación de sustancias radioactivas hacia la atmósfera por la producción de energía atómica desde centrales nucleares. Pero también puede generarse por otros procesos industriales.
Militar: Es la que se produce por pruebas militares utilizando bombas atómicas.
Médico: Son los residuos que se generan en la radioterapia (tratamiento médico para el cáncer) y la medicina nuclear (especialidad de la medicina que utiliza material radioactivo).
Residual: Toda actividad con material radioactivo, bien sea para uso industrial, médico, militar o de investigación, genera residuos radioactivos. Si no se gestionan correctamente estos residuos, puede existir el riesgo de contaminación nuclear.
Las consecuencias que se producen por la contaminación radiactiva depende de varios factores, como el grado de concentración y el tiempo de exposición. Pero a grandes rasgos, se pueden mencionar los siguientes efectos:
Provoca cáncer.
Daña las células del ADN.
Produce defectos genéticos afectando a próximas generaciones.
A altas dosis, puede ser letal.
Anemia.
Leucemia.
Infertilidad.
Debilita el sistema inmune.
Problemas psicológicos.
Provoca infertilidad en los suelos.
Altera el equilibrio ecológico.
Rompe la cadena alimenticia.
Gestionar correctamente el almacenamiento de residuos radiactivos (utilizar piscinas de combustible gastado, almacenes temporales individuales, etc.).
Optar progresivamente por otras fuentes de energías limpias, como la energía eólica, solar o marina.
Educar y concientizar a la población sobre los riesgos que conlleva el uso de material radiactivo, y también enseñarles a actuar en caso de estar envueltos en un accidente nuclear o por estar en contacto con sustancias radiactivas.
Ocurrió en el año 2011 luego de que un terremoto de magnitud 9 sacudiera a Japón, creando un tsunami de 14 metros de altura que impactó e inundó gran parte del reactor nuclear.
Esto provocó que una radiación progresiva invadiera la atmósfera días posteriores al accidente, lo que obligó al gobierno nipón a evacuar a los habitantes de la zona.
La evacuación se realizó en un radio de 20 kilómetros, desalojando y resguardando a un total de 154.000 habitantes.
Este accidente provocó el fallecimiento de 1 persona, que ocurrió años después, producto de un cáncer. También, dejó a varios heridos por las explosiones de hidrógeno en la central nuclear.
No obstante, gran cantidad de material radiactivo se estuvo depositando en el océano pacífico debido a este accidente, hasta la construcción de varios muros que fueron capaz de detener este flujo contaminante.
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