La publicidad subliminal ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los años. Desde los años 50, se ha cuestionado si los mensajes subliminales tienen un efecto real en el comportamiento del consumidor. Aunque algunos estudios sugieren que los mensajes subliminales pueden influir en la toma de decisiones del consumidor, otros no encuentran evidencia concluyente.
Ahora, sin más preámbulos, veamos en qué consiste esta forma publicitaria.
Se llama publicidad subliminal a aquella que busca influir en la conducta subconsciente del receptor. Así, es una publicidad que es percibida, pero el individuo no es consciente de ello, ya que está diseñada para que pase de forma inadvertida.
La publicidad subliminal viaja a través de información sensorial, como imágenes, sonidos o palabras, manifestándose por debajo del umbral de percepción consciente. ¿Qué significa esto? Pues significa que los estímulos utilizados en este tipo de publicidad son tan breves, sutiles o disfrazados que el cerebro los capta sin que la persona lo note conscientemente. Es decir, no se perciben de forma clara como sí ocurre con un anuncio convencional.
La idea detrás de esto es que, aunque no lo notemos, nuestro cerebro procesa esa información y puede influir en nuestro comportamiento sin que sepamos exactamente por qué.
Inadvertida: El receptor no es consciente de la presencia del mensaje publicitario.
Sutil: El mensaje subliminal se presenta de forma casi imperceptible.
Repetitiva: Se utiliza múltiples veces para aumentar su efectividad.
Persuasiva: Busca influir en las actitudes del receptor.
Controversial: Ha generado debate por su uso y efectividad en la industria publicitaria.
Se cree que el cerebro humano es capaz de procesar información incluso cuando esta no es percibida conscientemente. Los mensajes subliminales actúan bajo este principio, enviando información al cerebro del receptor sin que este sea consciente de ello.
Las técnicas de publicidad subliminal se basan en la repetición de elementos clave, buscando crear un efecto emocional en la persona que, a su vez, genere una respuesta inconsciente en la toma de decisiones. De esta manera, la publicidad subliminal busca influir en los hábitos de compra de las personas a través de la “manipulación mental”.
Es importante destacar que, aunque la publicidad subliminal se utiliza de manera frecuente, su efectividad para influir en la toma de decisiones en las personas es cuestionable, por lo que ha sido objeto de debate en diversas ocasiones.
McDonald’s: La compañía de comida rápida ha sido acusada de utilizar publicidad subliminal en varias de sus campañas publicitarias. En una de ellas, por ejemplo, se decía que unos arcos dorados eran parte de una sonrisa feliz, y se creía que esto se hacía con el fin de influir en el estado emocional de los clientes que visitaban el restaurante.
Volkswagen: En la década de los 60s, Volkswagen utilizó publicidad subliminal en un comercial de televisión en el que se usó el sonido de timbre de un coche para generar una respuesta emocional en el receptor. Con esta técnica se quería crear una asociación mental entre el sonido del timbre y el coche Volkswagen.
Pepsi: En 1996, Pepsi lanzó una campaña publicitaria en la que aparecían tres figuras escondidas detrás de la imagen principal. Estas figuras eran difíciles de detectar, pero cuando se encontraban, formaban el número 666, un número que se asocia con el mal. Supuestamente, el objetivo de esta publicidad era generar controversia y llamar la atención del público.
FedEx: En 1994, la compañía de entrega de paquetes y correo FedEx lanzó una campaña publicitaria en la que usó una flecha escondida entre las letras E y X de su logotipo. La flecha era imperceptible a primera vista, pero cuando los clientes la descubrían podían asociarla con rapidez y eficacia en la entrega de paquetes, el objetivo principal de la compañía.
En muchos países la publicidad subliminal está prohibida por ley. Es el caso de países como España, México o Estados Unidos, donde se considera una práctica ilícita y un engaño al consumidor.
Esto es así, ya que no permite al consumidor tomar una decisión con conocimiento de causa, dado que se estima que vulnera el derecho que tiene el consumidor a estar informado sobre el producto o servicio que está adquiriendo.
Dentro de esta rama de lo subliminal existen tres términos específicos que suelen confundir a los lectores, que son: publicidad subliminal, anuncio subliminal y mensaje subliminal. Veamos las diferencias existentes.
Piensa en la publicidad subliminal como una forma especial de hacer publicidad. Opuesto a los anuncios normales, que te muestran con claridad lo que quieren que compres o sientas, la publicidad subliminal busca influirte sin que te des cuenta. ¿Cómo lo hace? Usando estímulos que tu cerebro capta, pero que no alcanzas a notar conscientemente.
Un anuncio subliminal es una pieza concreta (como un video, un cartel, un jingle, etc.) que utiliza esa técnica. Es decir, es un anuncio que contiene elementos ocultos o muy sutiles diseñados para influirte de forma subconsciente.
El mensaje subliminal es el verdadero protagonista dentro del anuncio. Es lo que se quiere comunicar, pero de forma encubierta. Es ese detalle, palabra, imagen o sonido que está ahí, pero que no se percibe de manera obvia o directa.
La publicidad subliminal es la estrategia general (la idea de influir sin que te des cuenta).
El anuncio subliminal es el medio o soporte donde se aplica esa intención.
El mensaje subliminal es el contenido oculto que busca provocar una respuesta emocional o psicológica.
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