Cuando una empresa presenta sus cuentas, no es suficiente con mostrar números; lo importante es que esas cifras transmitan una imagen clara y transparente de lo que realmente ocurre en la organización. Para ello existen los principios contables, una serie de reglas base que garantizan la confianza en los balances y estados financieros.
En España, estos principios están recogidos en el Plan General de Contabilidad (PGC) y son los que permiten que un banco confíe en una pyme al concederle un crédito, que un inversor decida apostar por una startup o que un socio pueda evaluar la marcha de la compañía. En definitiva, son normas que conectan los números con la realidad empresarial.
Si alguna vez te has preguntado cuáles son los principios contables, cómo aplicarlos en la práctica o qué relevancia tienen en el día a día de una empresa, ¡sigue leyendo!
Un principio contable es una norma o criterio que orienta la forma en que deben registrarse, valorarse y presentarse las operaciones económicas de una organización.
Su objetivo principal es asegurar que las cuentas reflejen la imagen fiel de la situación financiera, patrimonial y de resultados de la empresa.
En España, los principios contables están recogidos en el Código de Comercio y en el Plan General de Contabilidad (PGC), por lo que no se trata de simples recomendaciones: su cumplimiento es obligatorio.
Veamos de manera detallada cuáles son los principios contables en España, junto con ejemplos prácticos para entender mejor cómo se aplican:
Se parte de la idea de que la empresa seguirá desarrollando su actividad en el futuro. Las cuentas se elaboran pensando en la continuidad, no en el cierre inmediato.
Ejemplo:
Si se compra maquinaria, se registra como un activo que se usará durante varios años, no como un gasto puntual.
Las operaciones se registran cuando ocurren, no cuando se cobra o paga el dinero. Lo importante es el momento en el que se genera el derecho u obligación.
Ejemplo:
Si un servicio se presta en diciembre pero se cobra en enero, el ingreso se registra en diciembre, que es cuando realmente se produjo.
Una vez que la empresa elige un criterio contable, debe mantenerlo en el tiempo, salvo que cambien las circunstancias de manera justificada. Esto permite comparar resultados de un ejercicio con otro.
Ejemplo:
Si una empresa valora su inventario con el método FIFO, no puede cambiarlo al LIFO al año siguiente solo porque le convenga fiscalmente.
Las pérdidas y riesgos deben reconocerse en cuanto se conozcan, aunque todavía no se hayan producido. En cambio, los beneficios solo se contabilizan cuando son seguros.
Ejemplo:
Si existe una probabilidad alta de que un cliente no pague, la empresa debe registrar una provisión por ese impago, aunque aún no se haya confirmado.
No se pueden compensar ingresos con gastos ni activos con pasivos. Cada partida debe mostrarse de forma independiente para que la información sea clara.
Ejemplo:
No es correcto restar directamente lo que debemos a proveedores con lo que nos deben los clientes; ambos importes deben aparecer por separado.
Se permite cierta flexibilidad cuando una partida es poco significativa y no afecta a la imagen fiel de las cuentas. En esos casos, no es necesario aplicar un criterio contable con total rigidez.
Ejemplo:
Material de oficina como bolígrafos o grapadoras, al tener un importe muy pequeño, se registran como gasto del ejercicio en lugar de tratarlos como un inmovilizado con amortización.
Los principios contables en España están definidos en el Plan General de Contabilidad (PGC), aprobado por el Real Decreto 1514/2007. El PGC es la norma marco que regula la contabilidad en nuestro país y establece la forma en que deben presentarse las cuentas anuales.
De acuerdo con el PGC, el fin último de estos principios es garantizar que la contabilidad sea:
Si quieres trabajar en contabilidad y aprender más sobre sistemas contables, te resultará útil ver estos ejemplos prácticos:
Principio contable | Ejemplo práctico |
---|---|
Devengo contable | Una academia imparte clases en junio, aunque el alumno pague en julio. El ingreso se registra en junio, cuando se prestó el servicio. |
Prudencia contable | Una empresa de transporte detecta que un camión está averiado y tendrá que sustituirlo pronto. Se reconoce la pérdida de valor, aunque aún no se haya comprado otro. |
Uniformidad | Una tienda de ropa valora su inventario con el método FIFO. Para mantener la comparabilidad, no puede cambiar de criterio cada temporada. |
No compensación | Un proveedor reclama 5.000 € a la empresa, pero esta también tiene un crédito de 1.500 €. Ambos importes se reflejan por separado, no como deuda neta. |
Importancia relativa | Una startup compra un software de 60 €. Al ser poco relevante, lo registra como gasto corriente y no como activo amortizable. |
La utilidad de estos principios va más allá del cumplimiento normativo. Aplicarlos correctamente ayuda a:
En un mundo globalizado, cada vez cobra más importancia la armonización contable.
Aunque comparten objetivos, pueden existir diferencias en la aplicación práctica. Por ejemplo, el principio de prudencia contable es más rígido en el PGC español que en las NIIF, donde se prima la relevancia de la información.
Los principios contables son el pilar de la contabilidad en España y en todo el mundo. Sin ellos, la información financiera sería poco clara, difícil de comparar y poco útil para la toma de decisiones.
Entender qué son los principios contables, cómo se aplican y qué ejemplos prácticos podemos encontrar en el día a día es clave para cualquier profesional del área contable, financiera o empresarial.
Ya sea que los uses para preparar balances, tomar decisiones de inversión o enseñar a futuros contables, dominar estos principios es esencial para transmitir confianza, cumplir la normativa y garantizar una gestión eficiente.
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