Actualmente en los mercados, adquirir nuevos clientes es cada vez más difícil, fidelizar a los clientes que tenemos cobra gran relevancia.
El marketing relacional intenta responder a esta necesidad poniendo énfasis en el desarrollo de relaciones a la medida de los perfiles, necesidades y hábitos de cada cliente. Su objetivo es rentabilizar al máximo la cartera de clientes dialogando con ellos de forma personalizada. Este enfoque debe plantearse en todas las fases del proceso, desde la captación del cliente a su completa satisfacción y fidelización, asegurando siempre la satisfacción, durabilidad y rentabilidad en la relación.
El marketing transaccional se define como el proceso de planificación y ejecución del concepto, precio, promoción y distribución de ideas, bienes y servicios para crear intercambios que satisfagan los objetivos del individuo y de la organización.
“La pérdida de clientes rentables repercute considerablemente en las utilidades de una empresa. El costo de captar nuevos clientes es cinco veces superior al costo de mantener satisfecho a un cliente actual. La clave para retener a los clientes es el marketing relacional”.
El objetivo de los programas de relación es satisfacer plenamente al cliente. En este ámbito, el relacional, se muestra una relación positiva entre la satisfacción de los consumidores y los beneficios de la empresa, por lo que los responsables de marketing intentan diseñar programas que maximicen los niveles de satisfacción, pudiéndose calcular la rentabilidad y satisfacción de los clientes, la rentabilidad de la inversión en actividades de marketing y ventas y el nivel de atención a los clientes que hay dentro de la empresa.
Uno de los principales objetivos perseguidos por las empresas es conocer mejor las necesidades de los clientes, proporcionarles los productos que satisfagan de forma efectiva dichas necesidades y con ello obtener beneficios.
“La lealtad del consumidor, esencia y razón de ser de una marca, proviene mayormente del corazón.”
La creación de una marca que ofrezca valores agregados, o una imagen positiva que rebase las características físicas del producto, generara una corriente de lealtad que no se logra con el simple concepto de producto.
Un embudo de marketing es un proceso que comienza con una acción y finaliza al alcanzar la oportunidad de negocio que es cuando comienza el embudo comercial, cualificando los leads, los prospectos y facilitando la labor comercial.
En el embudo tradicional de marketing, los clientes siguen un camino lineal hacia la compra y la fidelización, las empresas ejercen un grado relativamente elevado de control sobre el proceso.
La manera en que interactúan los clientes con la organización ha cambiado, la diversidad de canales disponibles y la tecnología hacen que el recorrido del cliente actualmente sea dinámico, fluctúe como la bolsa de valores provocando que los canales siempre estén operativos y fácilmente accesibles.
La gestión del valor del cliente, no sólo se centra en establecer, fortalecer y desarrollar relaciones de largo plazo con los clientes, sino más bien, su orientación está llegando a un punto dónde la habilidad empresarial intenta optimizar cada uno de los aspectos del incremento del valor del cliente para maximizar finalmente, la rentabilidad de la cartera de sus clientes actuales y potenciales.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan muchas empresas es la creación de estrategias que ayuden a fidelizar a los clientes y conseguir que no sólo compren esa marca, sino que hablen bien de la misma.
Establecer un Programa de Fidelización de los Clientes exige a todos los directivos y empleados una orientación hacia los clientes que se centre en la mejor manera de solucionar los problemas de los clientes y de desarrollar nuevos servicios innovadores que cubran cada vez más plenamente las necesidades y expectativas de estos.
Es importante analizar regularmente si las relaciones con los clientes se están deteriorando o mejorando, es decir, si las promesas que se hicieron se están cumpliendo puntualmente. Mantener unas buenas relaciones pasa por realizar una gestión de las relaciones, esto es, establecer unos programas de mantenimiento, inversión e introducción de mejoras.
El objetivo de las Bases de Datos de Clientes es la recogida, registro, manipulación y análisis de datos para la extracción de información útil para la gestión comercial de la empresa, en concreto, para la elaboración de planes de acción y de comunicación con los clientes a nivel estratégico. Este conjunto de información que está relacionada y que poseemos en la empresa cuando tenemos una política relacional instaurada es necesario que tengan indicadores que permitan juzgar sus cualidades para la empresa.
La fidelización incluye la captación y retención de clientes calificados como idóneos, es decir, aquellos que generen valor para la empresa.
Las relaciones leales se caracterizan por el compromiso, la fidelidad es algo más que una larga relación de un cliente con una compañía determinada o las visitas frecuentes de un cliente a una tienda, es una sensación de afinidad o adhesión a los productos o servicios de una firma.
El término lealtad presupone el establecimiento de confianza y una relación a largo plazo, pero la única manera de conseguirlo es ofreciéndolo primero.
La Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, 15/1999 (LOPD) en España, regula el uso y las limitaciones legales para que la información de los clientes reciba un trato de total confidencialidad. Su finalidad es proteger todos los datos de carácter personal o profesional que pueda tener una empresa en sus ficheros, para que no sean utilizados inadecuadamente, ni tratados o cedidos a terceros sin consentimiento inequívoco del titular.
El marketing experiencial consiste en generar un ambiente atractivo y cómodo a la hora de comprar un producto, tratando de influenciar o persuadir al cliente a través de las emociones en el momento de compra.
Se trata, por tanto, de un conjunto de políticas y estrategias, centradas en la búsqueda de una nueva fuente de ventaja competitiva basada en la implicación emocional de los clientes y en la creación de experiencias ligadas al producto o servicio.
Los clientes no sólo adquieren productos o servicios, en realidad, las audiencias se acercan a una determinada marca porque comparten ciertos valores, ideas y marcos mentales, y porque se enlazan con una experiencia.
Los consumidores y clientes no compran productos y servicios. Compran las percepciones que tienen de estos.
Los proveedores de experiencias (ProvEx) son las herramientas que se utilizan para generar experiencias controladas en los clientes, esos medios prácticos que se utilizan para convertir en acciones concretas los Módulos Estratégicos Experienciales (MEEs).
Dentro del Marketing experiencial, el marketing sensorial trata de llegar a los consumidores de manera inconsciente, ofrece una experiencia y no una campaña, con el objetivo de obtener un posicionamiento superior. Encaminado a brindar un momento de placer en donde antes de apelar a la razón se busca estimular sus emociones.
El oído es uno de los sentidos más potentes a tener en cuenta en una estrategia de marketing sensorial.
El proceso de compra nace de una necesidad que genera un estímulo, el cliente potencial ve algún anuncio en el que aparece el producto o servicio que resolverá sus problemas o cubrirá sus necesidades, comienza su búsqueda de información sobre el producto, que le lleva a las alternativas por comparación y decidido asistía al punto de venta.
Lo que ha provocado Internet es que ha influido de manera determinante en lo que sucede entre el estímulo y la compra del producto.
No es una nueva posibilidad de búsqueda es un cambio de paradigma, de modelo mental del proceso de compra. Shelly Kramer en su artículo How to Win Customers at the Zero Moment of Truth, reflexiona sobre esta fragmentación y sobre el dinamismo en el que tanto el mercado como los consumidores están imbuidos.
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