El fondo de maniobra se puede explicar como la suma de dos componentes: recursos líquidos necesarios y NOF.
La empresa necesita contar con una liquidez que va a venir dada en términos netos por:
Activos líquidos (saldo tesorería y bancos) + IFT – pasivo de tesorería (deuda a corto)
Se conocen como RLN y viene fijada por la política de liquidez que adopte la empresa, la empresa tendrá que elegir entre deuda a corto plazo, Deuda L/P o Recursos Propios como medida para financiar las NOF.
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El fondo de maniobra se puede explicar como la suma de dos componentes: recursos líquidos necesarios y NOF. Vamos a analizar cada uno de ellos:
Los Recursos Líquidos Necesarios (RLN) son la diferencia entre los conceptos siguientes:
Por su parte, las NOF recogen los recursos que la empresa debe destinar para financiar su actividad ordinaria:
La diferencia entre las NOF y FM nos da en cada momento los déficit o superávit de financiación externa negociada a corto plazo, dicha diferencia son los RLN.
NOF > FM déficit de financiación
NOF < FM Superávit de financiación
Es necesario para la dirección financiera conocer los mecanismos por los que evoluciona dicha diferencia, y determinar así en cada momento las necesidades de fondos, a fin de poder programar la liquidez de la compañía.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, podemos expresar las relaciones matemáticas siguientes:
FM = RLN + NOF
En esta fórmula tenemos lo siguiente:
Recursos líquidos necesarios = Activos líquidos - Pasivo de tesorería
RLN = T - PT
Necesidades operativas de fondos =
= Existencias + Cuentas a cobrar - Cuentas a pagar +/- Cuentas de periodificación
NOF = E +Cc - Cp +/- Pn
Con lo cual, sustituyendo ambas expresiones en la fórmula del fondo de maniobra, obtenemos esta expresión:
FM = T -PT + E + Cc - Cp +/- Pn
A modo de resumen, éstas son las diferentes fórmulas que se pueden utilizar para calcular el fondo de maniobra:
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En el caso que se quiera, se puede actuar sobre las Necesidades Operativas de Fondos de la siguiente manera.
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Como conclusión final se puede decir que, desde un punto de vista financiero, el análisis del circulante de una empresa (activo circulante y pasivo circulante) es igual de importante que la planificación y gestión del activo fijo o inmovilizado.
Tanto el circulante como el inmovilizado de una empresa son consumidores de recursos financieros, y por ello consideramos que en el seno de las empresas deberían tener un adecuado control y seguimiento. Es fácil comprobar cómo las empresas establecen procedimientos y controles en la realización de inversiones en activos fijos. Sin embargo, a las inversiones del circulante no se les suele conceder tanta importancia, por lo que se establecen menos controles.
Es un error hacer esta discriminación. En ambos casos se aplican y utilizan recursos financieros y, en consecuencia, se debe establecer el adecuado control mediante indicadores de eficiencia económica y financiera.
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