El VAN (Valor Actual Neto) y la TIR (Tasa Interna de Retorno) son dos conceptos financieros utilizados para analizar la rentabilidad de una inversión o proyecto. En este artículo te contamos qué es el VAN, cómo se calcula y por qué es importante compararlo con la TIR. ¡Sigue leyendo!
El Valor Actual Neto (VAN) es un método financiero que permite saber si una inversión es rentable. Esta métrica indica cuánto valen hoy los flujos de dinero futuros que generará un proyecto, descontando el coste inicial del capital.
En otras palabras, el VAN traduce todos los ingresos y gastos futuros de un proyecto al valor que tendrían en la actualidad. Si ese valor es positivo, significa que la inversión generará beneficios por encima del coste de inversión. Si es negativo, indica que perderías dinero.
Es por ello que el VAN se ha convertido en una herramienta fundamental en la evaluación de proyectos de inversión, tanto en grandes empresas como en pequeñas iniciativas personales.
Saber cómo calcular el VAN no es tan complicado como parece. La fórmula del valor actual neto es:
El VAN sirve para generar dos tipos de decisiones: ver si una inversión es rentable y comparar alternativas.
Imagina que una empresa está valorando invertir 10.000 € en un proyecto que generará flujos de caja de 3.000 € anuales durante 5 años, con una tasa de descuento es del 8 %.
La fórmula del VAN es:
Sustituimos los valores:
VAN=(1+0,08)13.000+(1+0,08)23.000+(1+0,08)33.000+(1+0,08)43.000+(1+0,08)53.000−10.000
Calculando cada término:
Año 1:
Año 2:
Año 3:
Año 4:
Año 5:
Suma de flujos descontados:2.777,78+2.571,01+2.381,49+2.204,16+2.042,74=11.977,18
VAN = 11.977,18 € - 10.000 € = 1.977,18 €
Interpretación:
Como el VAN es positivo, el proyecto es rentable y generará casi 2.000 € de valor adicional sobre la inversión inicial.
La Tasa Interna de Retorno (TIR) es la tasa de interés a la que el VAN de un proyecto es igual a cero. Es decir, indica la rentabilidad efectiva de una inversión. Se utiliza junto al VAN para ofrecer una visión más completa. Saber calcular el VAN y el TIR te permitirá tomar mejores decisiones.
A diferencia del VAN, la TIR no tiene una fórmula algebraica que pueda resolverse directamente, ya que implica encontrar la tasa que hace que el VAN sea igual a cero. Por eso, su cálculo suele realizarse mediante herramientas como Excel (función TIR), calculadoras financieras o software especializado.
Si el TIR es mayor que la tasa de descuento, la inversión es rentable y se espera obtener una tasa de retorno superior a la tasa de descuento.
Si el TIR es menor que la tasa de descuento, la inversión no es rentable y se espera obtener una tasa de retorno inferior a la tasa de descuento.
Si el TIR es igual a la tasa de descuento, la inversión genera una tasa de retorno igual a la tasa de descuento.
Ambos indicadores son herramientas esenciales para evaluar inversiones, ya que permiten tomar decisiones basadas en datos concretos y no solo en intuiciones. Gracias a ellos, puedes:
Comparar diferentes proyectos, incluso si implican inversiones iniciales distintas. Esto ayuda a priorizar los que realmente aportan más valor.
Medir la rentabilidad desde dos enfoques: el VAN expresa el valor neto en euros actuales, mientras que la TIR muestra el retorno en forma de porcentaje.
Considerar el valor del dinero en el tiempo, algo que es clave para no sobrevalorar ingresos lejanos en el tiempo.
Evaluar la viabilidad económica de proyectos personales o empresariales con mayor objetividad.
Mientras el VAN indica el valor creado en términos monetarios, la TIR te dice qué rendimiento esperarías obtener. Usados juntos, ofrecen una visión más completa y confiable.
Hay varias variables que pueden afectar el resultado de estos indicadores, entre ellas:
Flujos de caja esperados: son el corazón del cálculo. Cuanto mayores sean los ingresos futuros, más alto será el VAN y, normalmente, también la TIR.
Tasa de descuento: al aumentar esta tasa, disminuye el VAN. La TIR debe superar esta tasa para que un proyecto sea considerado rentable.
Duración del proyecto: cuanto más largo sea el plazo, mayor será la influencia de la tasa de descuento, lo que hace que el VAN sea más sensible a cambios pequeños en los flujos o tasas.
Inversión inicial: una inversión más alta reduce el VAN si los ingresos no crecen proporcionalmente, y también puede afectar a la TIR.
Tener en cuenta estos factores ayuda a realizar análisis más realistas y evitar sorpresas durante la ejecución de un proyecto.
Aunque estos indicadores nacen del mundo empresarial, tienen una amplia aplicación en distintos contextos de la vida real. Por ejemplo:
Comprar una propiedad: puedes analizar si los ingresos por alquiler cubrirán el coste y generarán rentabilidad a lo largo del tiempo.
Emprender un negocio: evaluar si tu inversión inicial y los beneficios esperados justifican el riesgo.
Invertir en productos financieros: comparar distintas alternativas como bonos, acciones o fondos.
Analizar proyectos sociales o públicos: instituciones pueden calcular si una iniciativa genera valor suficiente para justificar el gasto.
Cualquier decisión que implique una inversión y flujos de ingresos o ahorros futuros puede beneficiarse del uso del VAN y la TIR.
Para usar correctamente estas herramientas, ten en cuenta lo siguiente:
Aplica tasas realistas: deben ajustarse al contexto económico y al tipo de proyecto.
Usa distintos escenarios: no te quedes con un solo cálculo. Evalúa el VAN y la TIR en casos optimistas, pesimistas y neutros.
Combina ambos indicadores: usar solo el VAN o solo la TIR puede dar una visión parcial. Juntos ofrecen mayor seguridad.
No ignores factores cualitativos: aunque estos métodos son cuantitativos, el riesgo, la flexibilidad o el impacto social también importan.
Conocer qué es el VAN y la TIR, cómo calcularlos e interpretarlos, es esencial para tomar buenas decisiones de inversión. El VAN valor actual neto te indica cuánto valor monetario ganarás; la TIR, qué rentabilidad porcentual obtendrás.
Ambos son complementarios y, usados en conjunto, ofrecen una visión integral de cualquier proyecto económico. Su correcta aplicación puede marcar la diferencia entre invertir con éxito o asumir riesgos innecesarios.
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