La organización debe evaluar el desempeño de seguridad de información y la eficacia del Sistema de Gestión de Seguridad de la Información.
La organización conservará información documentada apropiada como evidencia de los resultados del monitoreo y medición. Una de las primeras consideraciones a tener en cuenta, es saber medir la eficacia y la eficiencia de un control y su aplicabilidad.
La organización deberá contemplar todas las áreas de control cuando implemente el proceso de monitorización, a partir de ahí determinará que apartados o controles son más relevantes y definirá los métodos de monitorización, medición, análisis y evaluación. Esta información debe ser retenida como información documentada del SGSI.
Uno de los errores habituales que se localizan en las auditorías de certificación es que se establece por norma una única auditoría interna para la que se revisan todas las áreas del estándar con el objetivo de cumplir estrictamente con el requisito del estándar.
De este modo, se olvida el cumplimiento de considerar los resultados de las auditorías previas, de modo que, si en una auditoría se detectan desviaciones importantes en un área concreta.
Por este motivo, la programación de las auditorías debe ir acompañada con una definición de los criterios de auditoría, el alcance de la misma, su frecuencia y metodología. Se puede seguir las indicaciones del estándar ISO/IEC 19011, guía relevante para llevar a cabo auditorías de sistemas de gestión.
Se debe asegurar la objetividad e imparcialidad del proceso de auditoría de manera que los auditores no deban auditar su propio trabajo, deben ser competentes y tener conocimientos tanto del SGSI como de los principios de auditoría.
En relación a los resultados obtenidos y presentación de los informes de auditoría interna, la dirección responsable del área que haya sido auditada debe garantizar que se toman acciones sin demora injustificada, para eliminar las no conformidades que hayan podido ser detectadas en su ámbito, así como las causas origen del incumplimiento, con el objetivo de asegurar que las acciones correctivas son las más eficaces y evitar su repetición.
En este sentido, se deben establecer actividades de seguimiento que verifiquen que las acciones tomadas y el informe de los resultados de la verificación son satisfactorios.
La Dirección tiene la responsabilidad de revisar a intervalos planificados (al menos una vez al año) el SGSI de la organización. El objetivo es garantizar que el SGSI y las actividades del personal siguen siendo convenientes y adecuadas para una eficacia continua.
Los resultados de las revisiones deben documentarse claramente y deben mantenerse los registros, que habitualmente toman la forma de actas formales de revisión. La revisión por la Dirección es comparable a la revisión de seguimiento anual del negocio, donde se revisan las cifras importantes y se confirman y reconsideran ciertas planificaciones estratégicas de la organización, junto a la detección y dotación de recursos necesarios.
Si la implantación de un SGSI es una labor que suele ir desde la intención y compromiso de las partes altas del organigrama hacia las personas situadas en la base del mismo, la revisión por parte de la Dirección debe disponer de información de la actividad relevante recolectada durante las operaciones del día a día por parte de todo el personal.
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