FINANZAS
El riesgo de cambio
El riesgo de cambio hace referencia a cómo las variaciones en los tipos de cambio de las divisas afectan al rendimiento de las inversiones. Es un tipo de riesgo sistemático puesto que no se puede eliminar a través de una buena diversificación.
Por ejemplo, lo sufren las compañías que adquieren sus materias primas a las empresas que residen en Estados que tienen una moneda distinta a la del país al que pertenecen aquéllas. Así, una empresa española que adquiera componentes electrónicos en los Estados Unidos, con objeto de fabricar televisores, estará sometida a un riesgo de cambio dólar/euro, puesto que cualquier apreciación del dólar y depreciación de la divisa europea redundará en un encarecimiento de los productos americanos y, por tanto, en un aumento del coste de ventas de la empresa.
También están sometidos a este riesgo los inversores que adquieran activos financieros pagando con una moneda distinta a la suya propia. Así, si un inversor español adquiere bonos del Estado chileno tendrá que vigilar el tipo de cambio peso/euro puesto que si la moneda chilena se depreciase al repatriar los intereses y el principal de la deuda el inversor español habría perdido dinero.
Veámoslo con un ejemplo. Supongamos que el tipo de cambio actual es 1 dolar = 1 euro y el inversor español adquiere deuda pública norteamericana, a un año de plazo y con un 10% de interés, por valor de 100.000 $. Transcurrido un año, el capital del inversor será de 110.000 $ que coincidirá con la misma cifra en euros si el tipo de cambio no ha variado. Pero, si éste último está en 1 $ = 0,8 euros (el dólar se ha depreciado mientras que el euro se ha apreciado), el valor en euros de su inversión será de 88.000 € y su rendimiento será del -12%. Si, por el contrario, el tipo de cambio fuese de 0,8 $ = 1 euro, el valor de la inversión en la moneda europea sería de 137.500 € con un rendimiento del 37,5%.
Concretando, el riesgo de cambio aparece en los siguientes tipos de transacciones:
- Las exportaciones, tendrán riesgo de cambio si sus contratos se realizan en divisas extranjeras. Una depreciación de dicha divisa acarreará pérdidas al vendedor.
- Las importaciones, tendrán riesgo de cambio cuando el comprador deba pagarlas en una divisa extranjera. Las pérdidas por dicho riesgo aparecerían si se produjese una apreciación de dicha divisa.
- Los préstamos al extranjero como pueden ser, los préstamos en divisas proporcionados por los bancos, o las garantías dadas por la compañía matriz a los préstamos contraídos en el extranjero por una filial suya. Una depreciación de la divisa extranjera será perjudicial para el prestamista al repatriar su dinero (en el segundo caso sería al revés, si la filial no puede pagar y debe hacerlo la matriz, ésta preferirá que la divisa extranjera se deprecie porque de lo contrario saldría perdiendo).
- Las inversiones directas en el extranjero están sometidas al riesgo de cambio de varias formas. Si una empresa filial tiene su balance denominado en la divisa extranjera cualquier variación de su tipo de cambio afectará al valor de la filial y, por tanto, al del grupo empresarial a la hora de consolidar las cuentas. Los intercambios de flujos comerciales y financieros entre la matriz y la filial al estar denominados en dos monedas distintas también estarán sometidos a dicho riesgo.
- Los préstamos en divisas estarán sometidos al riesgo de cambio salvo que vayan destinados a financiar operaciones que producen flujos de caja en dicha divisa. Pero, si esto no fuese así, el deudor perdería si se apreciase la divisa en la que está denominada su deuda.
- Los empréstitos sobre los mercados internacionales de capitales están sometidos a riesgo de cambio en diversos grados debido a la gran variedad de productos financieros existentes en el euromercado, pero de forma generalizada, se puede decir que el inversor perderá siempre que la divisa en la que se ha emitido el empréstito se deprecie contra la suya propia.
Para terminar, es conveniente resaltar que las empresas no financieras tienen un riesgo de cambio que se subdivide en tres partes:
- La exposición al riesgo de transacción, que proviene de la propia operación comercial de adquirir o vender bienes o servicios a cambio de una moneda extranjera en una fecha determinada.
- La exposición al riesgo de traducción o riesgo contable, que proviene de la forma en que las convenciones contables reflejen la operación comercial en la que interviene una moneda extranjera.
- La exposición al riesgo económico, que muestra como los cobros y pagos de la empresa variarán al modificarse los tipos de cambio. Así, suponga que una empresa española de componentes electrónicos ha vendido una partida de los mismos a cambio de yenes. Sus ingresos futuros pueden permanecer inalterados por las fluctuaciones del yen si la divisa en la que se determinan los precios en el mercado de semiconductores fuese el dólar. La divisa de determinación es aquélla en la que la mayoría de los competidores valoran los productos similares (por ejemplo, el dólar es la divisa de determinación del petróleo).
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