Todos los circuitos eléctricos deberán estar protegidos contra los efectos que puedan presentarse, interrumpiendo este circuito en un tiempo conveniente. Se denomina paramenta eléctrica al conjunto de aparatos utilizados para la conexión, protección y desconexión de los circuitos eléctricos.
Prevención de contactos directos: es el que sufre una persona al entrar en contacto con las partes que normalmente están en tensión (activas) de la instalación.
Prevención contra contactos indirectos: es el que sufre una persona al entrar en contacto con partes de la instalación que normalmente no deberían estar en tensión y sin embargo lo están porque ha habido un fallo del aislamiento en alguna parte de la instalación.
Protección contra sobreintensidades.
Protección contra sobretensiones.
Así, por ejemplo, recibir una descarga eléctrica por tocar involuntariamente una borna de una caja de conexión abierta de un módulo fotovoltaico sería un contacto directo. Por el contrario, si se recibe una descarga eléctrica cuando se toca el marco del módulo fotovoltaico, se trataría de un contacto indirecto porque ha tenido que haber un fallo de aislamiento en el mismo.
La protección de las personas contra contactos directos queda asegurada mediante un aislamiento apropiado de todas las partes activas de la instalación, según establece el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) de 2002 en la instrucción ITC-BT-24. Las partes activas están cubiertas de un aislamiento que solo se puede eliminar destruyéndolo.
En la parte de continua de la instalación, se protege a las personas de los contactos indirectos mediante la utilización de módulos fotovoltaicos con clase de aislamiento II. La estructura y el marco de los módulos fotovoltaicos estarán conectadas a tierra de acuerdo con el REBT (ITC-BT-18: apartado 8.2.3, Instalaciones de puesta a tierra) y tal como exige el RD 1663/2000.
La conexión a tierra de la estructura soporte ofrecerá una buena protección contra sobrecargas atmosféricas y una superficie equipotencial que previene ante contactos indirectos (en el caso de que uno de los polos activos del campo fotovoltaico presente un contacto de defecto con la estructura, si esta está puesta a tierra).
Las partes metálicas utilizadas para impedir cualquier contacto accidental con las partes activas están protegidas contra contactos indirectos.
Es un interruptor que tiene la capacidad de detectar la diferencia de corriente de entrada y salida en un circuito. Cuando esta diferencia supera un valor determinado (sensibilidad) para el que está calibrado (30 mA, 300 mA, etc.), el dispositivo abre el circuito, irrumpiendo el paso de la corriente a la instalación que protege.
Las instalaciones se diseñan para que los componentes trabajen en un régimen normal, sin superar en ningún momento valores de intensidad determinados (nominales).
Cuando, por alguna razón, en alguna parte de la instalación aparecen valores superiores a los nominales (sobreintensidades), estas originan aumentos de temperatura, especialmente en los aislantes de los conductores, que pueden originar daños, deterioros e incluso incendios. Por esta razón, el REBT señala, en la ITC-BT-22, que todo circuito eléctrico debe estar protegido contra los efectos de las sobreintensidades.
Se producen cuando hacemos pasar por un conductor eléctrico más intensidad de corriente que la nominal (intensidad para la que ha sido calculada la línea).
Las sobrecargas suelen destruir la línea poco a poco, por lo que se utilizan dispositivos de protección de accionamiento lento (también llamados de protección térmica), como los fusibles o los interruptores automáticos.
Los excesos de temperatura pueden destruir inmediatamente un conductor, como puede ser el caso de un cortocircuito. Las sobrecargas tardan más en dañar al conductor, pero los excesos constantes de temperatura de los materiales aislantes hacen que se envejezcan con más rapidez, limitando la vida útil del conductor.
Un cortocircuito se produce cuando se reduce la impedancia a valores casi nulos, produciéndose una intensidad muy elevada (muy superior a la nominal). Este incremento tan grande de intensidad puede destruir la línea en pocos segundos, por lo que suelen usarse mecanismos de acción rápida de protección (o magnéticos).
Icc = U/Rlínea
Las instalaciones fotovoltaicas que se caracterizan por ocupar extensas superficies están especialmente expuestas a las descargas atmosféricas y las consiguientes sobretensiones transitorias.
Las consecuencias de estas sobretensiones son la reducción del rendimiento y la vida de la instalación. El uso de protecciones contra sobretensiones garantiza la optimización del rendimiento de la instalación y en consecuencia se muestra como una decisión altamente rentable.
Los protectores de sobretensión descargan a tierra los picos de tensión transitorios que se trasmiten a través de los cables de la instalación eléctrica.
Su funcionamiento es tal que, mientras los voltajes se mantienen en su rango de operación normal, presentan una resistencia eléctrica muy elevada, pero, cuando aparece una sobretensión (V > Vumbral), estos se comportan como si se produjese un breve cortocircuito (del orden de µs).
Como una instalación solar fotovoltaica va a tener una parte en corriente continua y otra en alterna, habrá que instalar protecciones en ambas partes.
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