Estos apoyos están diseñados en función de sus propias características. Los transportadores de rodillos se apoyan sobre caballetes anclados en el pavimento.
Los transelevadores lo hacen sobre uno o dos raíles, en función de la altura, que van anclados al suelo en el caso de raíl único, y en el arriostramiento superior de las estanterías; por el contrario, los vehículos de guiado automático (AGV) circulan directamente sobre el pavimento.
Los transportadores de rodillos se adaptan a las características del ciclo de trabajo y al recorrido fijo que se ha de efectuar. Con ese fin, están formados por tramos rectos y curvos, y pueden bifurcarse mediante diferentes tipos de derivaciones estandarizadas. Tanto en los extremos de los tramos curvos como en los puntos de bifurcación se han de establecer caballetes de soporte y anclaje.
Los transelevadores se apoyan, en función de su alcance, sobre un único raíl anclado en el pavimento, o sobre éste más un segundo raíl anclado al arriostramiento superior de los pasillos de las estanterías.
En los almacenes autoportantes, como en todos los de alta densidad, los márgenes de trabajo son muy reducidos -prácticamente se trabaja al milímetro- y por ello es muy importante precisar las tolerancias mínimas que el diseñador debe tener en cuenta.
En un almacén autoportante el pasillo de trabajo está definido por el espacio de circulación que necesitan los transelevadores, automáticos o semiautomáticos, que alimentan las estanterías y por el ancho de las cargas que transportan los mismos.
En el momento de fijar los niveles de carga interviene de nuevo la fiabilidad del aparato en cuanto a la precisión de su parada, tanto para la toma como para el depósito de los palés. De hecho, el aparato ha de tener una precisión mínima de uno por diez mil, con el fin de asegurar que la variación máxima en una altura de 30 m no sobrepase los 3 mm.
En función del peso de las cargas y del grosor de los travesaños se puede optar entre colocar dos o tres cargas, en sentido longitudinal, dentro de cada alvéolo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en un almacén automatizado es conveniente alejar al máximo los puntos de parada entre sí, por lo que es recomendable escoger la instalación de sólo dos palés por alvéolo.
Entre los diferentes tipos de aparatos de recorrido libre existen notables diferencias y no se puede simplificar a la hora de seleccionar el uso de uno u otro. Muchos de ellos compiten a nivel de igualdad con otros de recorrido fijo y, hasta alturas no superiores a 15 m, es difícil delimitar cuál es más conveniente.
Los aparatos de recorrido libre se apoyan directamente sobre el suelo y, para un funcionamiento más rápido dentro de los pasillos, únicamente precisan un sistema de guiado, mecánico o automático. El guiado mecánico es muy sencillo y requiere de unos sistemas de apoyo.
Las tolerancias para los aparatos de recorrido libre son muy similares a las descritas para los aparatos de recorrido fijo, si bien hay que tener en cuenta que el método de toma y depósito de las cargas que utilizan los primeros difieren en algo respecto a los utilizados por los segundos.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Logística
Logística
Logística
Comentarios