Latinoamérica es un mosaico de culturas en cuya historia se entremezclan los siguientes aspectos (Ávila: 2000: 58). Hasta el día de hoy, existen indígenas, habitantes originarios, en casi toda la región. También subsiste, por decirlo así, una especie de “servidumbre” de gran parte de la población de color.
Después de emanciparse de España, resulta especialmente interesante la relación que cada uno de los pueblos de Latinoamérica ha tenido con Estados Unidos. Desde siempre, la región ha despertado el interés de este país, claro ejemplo de esto es la proclamación, el 2 de diciembre de 1823, del presidente Monroe, de la hegemonía de Estados Unidos sobre el hemisferio, en la conocida Doctrina Monroe.
Otro factor vinculado a la ambición hegemónica de las Américas, se conoce como el “Destino manifiesto”, según el cual Estados Unidos tiene un derecho natural de ejercer esa hegemonía teniendo como base su superioridad política y su dinamismo económico.
En 1990, el presidente Bush formula la “Iniciativa de las Américas”, aprobada con el apoyo de 34 países del hemisferio occidental, en la cumbre celebrada en Miami en 1994. Esta iniciativa contemplaba la ampliación del tratado de Libre Comercio de Norteamérica hacia otros países latinoamericanos para formar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
El impacto de estas diferencias sobre las reglas de comportamiento y los estilos de negociación se hace evidente en cada región.
Desde este punto de vista, resulta obvio que en aquellos países donde la población indígena es la mayoría, sufren más problemas de carácter social y educativo, que en aquellos países con mayor influencia de las corrientes migratorias europeas. De igual manera, la cultura, las costumbres, los hábitos de consumo y el estilo de negociar están determinados este carácter demográfico.
En cuanto al sistema de valores, se pueden apreciar similitudes, sobre todo, en la importancia de la familia o sobre la religión católica. Este es el caso de Colombia, Ecuador, México y países de Centroamérica. Estos valores son menos importantes en países como, Argentina, Chile, Uruguay o Brasil, donde el nivel promedio de educación de la población es más alto y la mujer tiene una notable participación en el ambiente laboral.
En todos los países se da gran importancia a las relaciones interpersonales, el individuo es el factor más importante de toda actividad, es de esta manera como cobra mayor relevancia que la ejecución de las tareas.
En cuanto al nacionalismo es muy importante para los mexicanos, en contraste los colombianos, venezolanos o ecuatorianos son más proclives a adoptar costumbres extranjeras en detrimento de las suyas. Por su parte, los chilenos, brasileños y argentinos, están orgullosos de los éxitos al interior de sus países, pero son menos efusivos para demostrar su nacionalismo.
Respecto a la actitud hacia el trabajo, se observa que, en casi toda América Latina, se busca el equilibrio entre trabajo y descanso, se considera una deshumanización cuando el individuo es considerado sólo como un medio en la consecución de una tarea.
En lo referente a la etiqueta y buenos modales, una persona cortés y respetuosa, será bien considerada, sobre todo en el ambiente de negocios. La puntualidad es un factor crítico, en casi todos estos países, la impuntualidad es un defecto social. Especialmente, en Argentina, Chile, Colombia, México y Uruguay.
No se observan grandes diferencias en el estilo de negociar en los diferentes países de la región.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Logística
Logística
Logística
Comentarios