Fatiga visual
Esta fatiga visual es debida a que el nivel de iluminación es insuficiente o excesivo, esto obligará al trabajador a forzar la vista durante el enfoque alternativo de los documentos y de la pantalla. Por otro lado, las luminarias sin apantallar y las ventanas sin cortinas, situadas delante o detrás del usuario, son fuente de deslumbramientos o reflejos sobre la pantalla, pudiendo provocar disconfort visual y posturas forzadas al intentar evitarlos.
La fatiga visual es una modificación funcional, de carácter reversible, debida a un esfuerzo excesivo del aparato visual.
Cuando el usuario se sitúa cerca de la pantalla, su visualización puede causar fatiga visual. Asimismo, las imágenes parpadeantes o un deficiente contraste entre las letras y el fondo de la pantalla aumentan la dificultad de enfoque del usuario.
Ésta fatiga se debe a una tensión muscular estática, dinámica o repetitiva; a una tensión excesiva del conjunto del organismo o a un esfuerzo excesivo del sistema psicomotor.
El trabajo ante pantallas de visualización puede producir una serie de problemas físicos para la salud de los usuarios. En muchos casos, estos síntomas desaparecen después de finalizar la jornada laboral, aunque la combinación de varios factores de riesgo durante largos períodos de tiempo puede conllevar la aparición de lesiones musculoesqueléticas.
La mayor parte de dichos problemas se pueden evitar con un diseño correcto del puesto de trabajo (mobiliario y equipos informáticos) y, por otra, mediante un uso adecuado de los elementos de trabajo por parte de los usuarios.
Así, por ejemplo, aparecen dolores cervicales debido a una altura inadecuada de la pantalla, ya que obligará a mantener una inclinación forzada de cuello. Asimismo, si la pantalla no se encuentra frente al usuario, comportará giros frecuentes de cuello y espalda.
Cuando las características del respaldo no cumplen los principios ergonómicos, o éste no se regula convenientemente, no se permite un correcto apoyo de la espalda. Por otro lado, los hábitos incorrectos al sentarse, así como las posturas mantenidas, también pueden acarrear problemas de espalda.
Si la regulación de la silla no permite trabajar a la altura adecuada, o los brazos no se apoyan en la mesa, se producirá una sobrecarga en las extremidades superiores. Las inclinaciones forzadas de muñeca o el uso intensivo del teclado o ratón pueden ocasionar alteraciones en brazos y manos.
Este problema afecta, sobre todo, a los usuarios más bajos, al no poder apoyar cómodamente los pies en el suelo, por lo que sería conveniente la utilización de un reposapiés.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
RRHH
RRHH
RRHH
Comentarios 2
INTERESANTE TEMA
Me alegra mucho que una web con tal información tenga visibilidad.