Permacultura

La permacultura, entonces, surge primero como una corriente de producción de alimentos de manera perpetua, con reducido o incluso positivo impacto ambiental, generando al mismo tiempo beneficios económicos y sociales para quienes la practican. No obstante, el concepto de permacultura ha evolucionado de “agricultura permanente” al de “cultura permanente”, pues ahora también se busca conservar los valores y tradiciones de las comunidades que la practican.

Bill Mollison, biólogo e investigador de formación, y David Holgrem, ingeniero en diseño del paisaje, son los fundadores de la permacultura. Mollison fallece en 2016, pero Holgrem continúa con el trabajo de difusión de la permacultura y propone 12 principios fundamentales en su libro “Permaculture: Principles and Pathways Beyond Sustainability”.

Estos principios son los siguientes:
• Observa e Interactúa: entender en dónde estamos, qué fenómenos ocurren y cómo interactuamos con ellos.
• Captura y Almacena Energía: siendo la energías la capacidad de un sistema de generar trabajo, sugiere buscar fuentes de energía en todos los espacios, y no solo en la energía eléctrica.
• Genera un rendimiento: el “principio original”, nos incentiva a generar un rendimiento no económico, más bien alimenticio, ocupando todos los espacios verdes de una vivienda, para cultivar frutas, verduras, legumbres, etc.
• Autorregula y acepta retroalimentación: este principio nos incentiva a limitar nuestro consumo, a llevar un “estilo de vida simple” y cambiar nuestros hábitos observando la retroalimentación del propio ambiente.
• Prioriza los recursos renovables: como el mismo nombre lo dice, buscamos utilizar en primer lugar y de manera inteligente los recursos renovables, para que podamos tener alimentos, vivienda, energía, agua, y todas las necesidades básicas humanas satisfechas de forma perpetua.
• Elimina los residuos: como el nombre lo dice, una vivienda que se rige por la permacultura, no genera residuos y todo lo maneja en ciclos, imitando los ciclos biogeoquímicos del planeta.
• Diseña desde los patrones hacia los detalles: ligado con el principio de “observar e interactuar”, buscamos imitar los patrones de la naturaleza (que funciona por sí sola) a una vivienda, asentamiento, familia, etc.
• En vez de segregar, integra: este principio nos incentiva a generar resiliencia en nuestra intervención, fortaleciendo interrelaciones entre elementos, promoviendo la (bio)diversidad y haciendo el trabajo más fácil.
• Usa soluciones pequeñas y lentas: en un mundo de inmediatez y de “crecimiento y acumulación ilimitados”, este principio nos recuerda que las mejores soluciones son las más pensadas y graduales. “El mejor momento para sembrar un árbol era hace 10años”.
• Usa y valora la diversidad: muy ligado al principio “diseña desde los patrones…”, este principio nos recuerda que la naturaleza es resistente y resiliente gracias a la diversidad, y por lo mismo, debemos usarla y valorarla dentro de nuestras intervenciones de permacultura.
• Usa y valora los márgenes: lo que está “a la orilla” también sirve. Casi siempre olvidamos los márgenes u orillas de nuestra casa, vecindario o localidad, pero estas zonas son igualmente importantes porque nos conectan con el exterior y pueden tener mucho espacio utilizable.
• Responde a los cambios de forma creativa: así como lo dice, hay que practicar el pensamiento paralelo, ser creativo ante la adversidad, y observar los errores como área de oportunidad.

Así, la permacultura busca generar sistemas que satisfagan las necesidades básicas humanas, elevando la calidad de vida de toda la población, al mismo tiempo que se reduce la huella ecológica y el impacto ambiental de la misma. Es un movimiento de contracultura, difícil de adoptar para quienes prefieren el confort del mundo moderno, pero definitivamente una alternativa necesaria para lograr la sustentabilidad.

Bibliografía.
• Holgrem, D. (2011). Permaculture: Principles and Pathways Beyond Sustainability (1a ed.). Permanent Publications.