By Blog de CEUPE on Jueves, 12 Septiembre 2019
Category: FINANZAS

Análisis de la tesorería neta

“El análisis del balance se hace a partir de balances de si­tuación históricos referentes a los dos o tres últimos años de la empresa. No obstante, también es muy útil analizar el ba­lance previsional para los próximos ejercicios.”

Recomendación previa, leer:

Análisis de la tesorería neta

El valor del fondo de maniobra calculado según se ha explicado no resulta muy práctico para entender la situación de equilibrio financiero en que está la empresa. Esto se debe a que el fondo de maniobra es un concepto que no se asocia fácilmente con las necesidades reales de recursos de la empresa.

Por ello, nos parece más acertado comparar el fondo de maniobra con las NOF, que, como hemos visto, todo gestor empresarial debe conocer para poder llevar el control de su negocio. La siguiente expresión refleja la relación entre ambos conceptos:

Fondo de maniobra = NOF _ Pasivos a corto (negociados)

¿Cómo se interpreta esto? Cuando la empresa no alcanza a financiar su ciclo normal de actividad con los pasivos a corto que subyacen a este mismo ciclo, dicha financiación debe conseguirla externamente, y se denomina “pasivos a corto negociados”.

Algunos ejemplos de pasivos a corto negociados son los siguientes:

Una vez analizada la inversión que la empresa necesita de fondo de maniobra que vendría determinada por las NOF, necesidades operativas de fondos, puede compararse dicha necesidad de financiación, con el fondo de maniobra real, en términos de capital circulante. El siguiente gráfico ayuda a entender mejor la relación entre el fondo de maniobra y las NOF:

Esta comparación es importante porque evidentemente la inversión necesaria en capital circulante constituirá una inversión financiera de carácter permanente, ya que si se suma a la misma los fondos inmovilizados en activos fijos se tendrán las necesidades financieras mínimas de la empresa en su totalidad.

Las NOF son las inversiones netas necesarias en las operaciones corrientes que realiza la empresa, una vez deducida la financiación espontánea generada por las propias operaciones.

Las NOF constituyen, por lo tanto, un concepto de activo. Es decir, son una inversión y vienen fijadas por el ciclo productivo y dependen de las ventas y de su crecimiento.

Para calcularlas es necesario conocer el periodo medio de maduración de la empresa: se trata del tiempo que transcurre entre el pago a los proveedores por la compra de existencias (materias primas, productos, etc.) y el cobro de las ventas a los clientes.

En otras palabras: es el número de días que tienen que transcurrir para recuperar una unidad monetaria invertida en el ciclo operativo de la empresa (compra-fabricación-ventacobro).

Esta segunda definición nos permite ver más claramente la relación entre las NOF y el periodo de maduración.

Dependiendo de la actividad que realice la empresa, su ciclo de explotación variará, por lo que también lo hará su periodo de maduración. Si tomamos como ejemplos una empresa comercial y una industrial, sus periodos medios de maduración se podrían representar como

Empresa Comercial

Empresa Industrial

Como se puede apreciar en los gráficos, el proceso se inicia con la adquisición de mercaderías o materias primas (según el tipo de empresa) y finaliza con el cobro de las ventas. Este proceso supone la aplicación de recursos financieros, es decir, inversiones, que son necesarias para poder llevar a cabo la actividad operativa de la empresa, mientras que el aplazamiento del pago a los proveedores implica la disminución de dichas necesidades de inversión.

Una primera reflexión es que no es posible gestionar adecuadamente una empresa si no se conoce bien el negocio en que opera. Conocer bien dicho negocio implica saber cuáles son sus NOF y su periodo medio de maduración: una buena gestión implicará un efectivo control de ambos. Dicho control es importante porque las empresas sólo pueden operar consumiendo recursos, que sabemos que tienen un coste financiero. Si tenemos en cuenta dicho coste, no nos cuesta lo mismo que nuestros acreedores nos paguen a los 2 días que a los 30. Tampoco resulta igual una empresa cuyos recursos invertidos en existencias estén 3 días en inventario que otra que las tenga 30 en inventario.

Estos ejemplos muestran la importancia del número de días que precisa cada etapa, ya que durante ese tiempo se consumen recursos. Además, hay que considerar también los recursos monetarios que se consumen esos días. De hecho, desde un punto de vista financiero es más relevante el seguimiento de los recursos financieros necesarios en cada una de las etapas de su ciclo operativo que el control del número de días.

Por ejemplo, consideremos dos empresas y en particular tres de las etapas de sus ciclos medios de maduración (la etapa de inventario, la de producción y la de cobro), con la peculiaridad de que el periodo medio de maduración es el mismo para ambas empresas: 30 días.

Con estos datos, ¿qué empresa necesita mayores recursos financieros en su ciclo de explotación?

Los recursos financieros necesarios en la empresa 1 son mayores, ya que su etapa de cobro es mayor y es la que tiene más recursos invertidos (materias primas, costes de fabricación, costes comerciales, etc.). En resumen, la empresa tenderá a que la etapa que más recursos financieros consume sea la más corta posible (en nuestro ejemplo, la etapa de cobro).

El cálculo de las NOF óptimas vendrá dado por la expresión siguiente:

En esta expresión se observa lo siguiente:

En vista de esta expresión podemos complementar nuestra reflexión sobre la importancia de conocer las NOF óptimas de la empresa.

El conocimiento de las NOF permite a directores y gerentes valerse de un parámetro para hacer un seguimiento de la gestión que realizan los responsables de las áreas operativas (compras, ventas, cuentas a cobrar y cuentas a pagar), al poder comparar los valores reales de su gestión con el valor óptimo o ideal.

Continuación...

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