Un virus informático es uno de los términos más conocidos dentro de la ciberseguridad. Pero ¿qué son realmente los virus informáticos y por qué siguen siendo una amenaza en la actualidad?
A grandes rasgos, un virus informático es un programa malicioso diseñado para infiltrarse en otros archivos o aplicaciones y alterar el funcionamiento normal de un dispositivo. Su capacidad de propagarse lo convierte en una de las formas de malware más peligrosas. Aunque en el pasado su objetivo era, muchas veces, causar molestias o demostrar las habilidades de sus creadores, hoy se utilizan principalmente con fines económicos o de espionaje.
Qué es un virus informático y cómo funciona
Cuando hablamos de qué es un virus informático, nos referimos a un software que se esconde dentro de programas legítimos y se ejecuta cuando el usuario abre el archivo infectado. Una vez activo, puede borrar datos, ralentizar el sistema, bloquear aplicaciones o incluso dejar la puerta abierta para otras infecciones.
La clave está en su modo de actuación: aprovecha al usuario como vehículo de propagación. Abrir un correo sospechoso, descargar un archivo de una página no segura o conectar un USB sin protección pueden ser acciones suficientes para que el virus se ejecute y empiece a expandirse.
Origen de los virus en informática
Los primeros virus en informática nacieron como experimentos académicos en los años 70. Sin embargo, fue en los 90, con la masificación de Internet, cuando los virus se convirtieron en un verdadero problema global. Se propagaban a través de disquetes, correos electrónicos en cadena y descargas poco seguras, afectando sobre todo a sistemas Windows.
Hoy en día, aunque los virus tradicionales han perdido protagonismo frente a amenazas como el ransomware o los troyanos, han evolucionado para infectar smartphones, dispositivos IoT e incluso servicios en la nube. Esto demuestra que, aunque la tecnología cambie, los riesgos siguen presentes.
Tipos de virus informáticos y ejemplos
Existen muchos tipos de virus informáticos, clasificados según su comportamiento o el tipo de archivo al que atacan. Algunos ejemplos clásicos y modernos son:
- Virus de sobrescritura: reemplazan el código original de un archivo, inutilizándolo. Ejemplo: CIH (conocido como “Chernobyl”).
- Virus parásitos: insertan su código dentro de programas ejecutables. Ejemplo: Cascade.
- Virus acompañantes: crean copias con nombres similares para engañar al usuario.
- Virus de enlace: modifican rutas de acceso para ejecutarse primero.
- Virus destructivos: diseñados para dañar archivos o sistemas de forma irreversible.
- Ransomware (evolución moderna): cifra datos y exige un rescate para recuperarlos. Ejemplo: WannaCry.
Estos ejemplos de virus informáticos ilustran cómo la amenaza ha pasado de ser un simple inconveniente a un negocio criminal altamente rentable.
Objetivos de un virus informático
En sus orígenes, muchos virus eran creados por curiosidad o con la intención de demostrar vulnerabilidades. Hoy, sin embargo, los objetivos son muy diferentes. La mayoría de los virus informáticos buscan:
Obtener beneficios económicos, ya sea a través del robo de datos o mediante extorsión (como en los ataques de ransomware).
Robar información sensible, especialmente en empresas y organismos públicos.
Espiar la actividad del usuario (spyware) para recopilar credenciales, datos bancarios o información personal.
Interrumpir servicios esenciales, provocando pérdidas económicas y de reputación.
En definitiva, el impacto de un virus en informática puede ir desde ralentizar un ordenador doméstico hasta paralizar infraestructuras críticas.
¿Cómo entran en nuestros ordenadores?
La forma en la que un virus informático infecta un sistema ha cambiado con el tiempo, pero su estrategia sigue siendo aprovechar un descuido humano o una vulnerabilidad técnica. En la actualidad, los métodos más habituales son:
- Correos electrónicos de phishing que incluyen archivos adjuntos infectados, los llamados troyanos.
- Descargas fraudulentas en páginas web no seguras (gusano informático).
- Dispositivos externos (como memorias USB) que transportan malware.
- Redes Wi-Fi inseguras, que permiten inyecciones de código malicioso.
- Aplicaciones falsas descargadas fuera de tiendas oficiales.
Este punto refuerza la idea de que la ciberseguridad no depende solo de la tecnología, sino también de los hábitos de los usuarios.
Peligro real de los virus informáticos
Puede que los virus informáticos ya no sean tan mediáticos como en los 90, pero su riesgo sigue siendo muy real. La diferencia es que hoy rara vez buscan “molestar”: la mayoría forman parte de ataques complejos que persiguen un beneficio económico o estratégico.
En 2025, los mayores peligros asociados a los virus son:
- La pérdida de datos críticos para particulares y empresas.
- El robo de información confidencial, como contraseñas o números bancarios.
- La paralización de servicios públicos o empresariales mediante infecciones masivas.
La mejor protección frente a los virus informáticos sigue siendo la prevención: mantener los sistemas actualizados, instalar antivirus confiables, desconfiar de correos y enlaces sospechosos y realizar copias de seguridad frecuentes.
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