By Blog de CEUPE on Jueves, 12 Septiembre 2019
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Estilos de interiores: zen y Shabby chic

La organización de eventos comienza siempre con una idea, una propuesta, la necesidad de alguien de organizar un evento o incluso con una obligación; y todo ello puede responder a las más variadas circunstancias.

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Estilo zen

Para entender el Zen aplicado a la decoración es indispensable conocer previamente las bases del Zen como estilo de vida o disciplina espiritual. Las verdaderas raíces místicas y filosóficas del Zen se encuentran en la vida y enseñanzas de Buda, en el siglo VI a.C., e incluso más atrás, hasta las tradiciones espirituales del Hinduismo recogidas en Los Vedas.

El Zen alcanza su expresión definitiva en Japón a mediados del siglo XIII, influyendo profundamente en la mentalidad y las costumbres de la cultura tradicional japonesa, donde todavía se sigue enseñando y practicando hoy en día en las diversas escuelas y monasterios Zen.

En las últimas décadas del siglo XX, el Zen llega a occidente influenciando con su filosofía y práctica en diversos ámbitos, entre ellos la arquitectura y la decoración. La filosofía o base espiritual del Zen (indispensable para comprender su incidencia en la decoración occidental) se centra en la iluminación y búsqueda de armonía y paz interior a través de acciones simples y cotidianas (tal el legado de Buda), proporcionando en todo momento un sustento para la vida diaria. El arte de la pintura o la caligrafía, la meditación, los rituales, las artes marciales, la ceremonia de servir el té o el arreglo de flores, son algunas de las actividades que van definiendo el Zen e influenciando con su simplicidad en la vida cotidiana. Cada una de estas actividades tiene como objetivo la iluminación. Todas exploran distintas características de la experiencia Zen y pueden ser usadas para entrenar la mente y llevarla en contacto con la realidad última. Estos mismos conceptos y búsquedas son los que inspiran al Zen en occidente, acercando su estilo de vida a las construcciones, objetos y formas de vidas contemporáneos. Aunque nos resulte simple entender algunos conceptos básicos del estilo Zen, acercarnos al Zen con criterio requiere adentrarnos en lo profundo de su filosofía. Para ello contamos con algunos párrafos aclaradores del libro “El Tao de la Física” de Fritjof Capra: “La filosofía Zen es una mezcla única de filosofías e idiosincrasias de tres culturas diferentes. Es una forma de vida típicamente japonesa, y aun así refleja el misticismo de la India, el amor de la naturalidad y espontaneidad del Taoísmo y el pragmatismo profundo de la mente Confusionista.”

Las características del estilo Zen

El Zen, a través de la simplicidad, busca alcanzar la armonía y la tranquilidad necesarias que requieren estos tiempos modernos. Occidente encuentra paz en su filosofía adaptándola al diseño de interiores y jardines, con una serie de recursos mínimos, espacios ordenados, colores claros y líneas simples.

El Zen busca alejarse de la ornamentación excesiva y el “barroquismo”. El equilibrio que logra está dado por pocos objetos, materiales naturales y presencia de aromas, algo propio del estilo Zen.

El encuentro con el Zen nos lleva a lograr espacios de paz y armonía que nos permitan dejar afuera “el barullo” del mundo contemporáneo. Asociado a su filosofía original, la decoración Zen busca la reflexión y el descanso del mundo exterior.

Las maderas de colores claros van muy bien con el estilo Zen, aunque se puede utilizar una madera oscura si todos los demás elementos decorativos son claros.

Los toques budistas, las imágenes o reliquias, bien combinan con la decoración Zen, que en un principio surge como descanso del mundo exterior, retiro de meditación y técnicas espirituales.

Estilo Shabby chic

Apoyando fuertemente su estética en muebles, complementos textiles y distintos accesorios, el shabby chic es un estilo descontracturado que combina elementos nostálgicos típicos del vintage y otros estilos antiguos con tendencias modernas, que aportan ese detalle “chic”, en una personal comunión entre desparpajo y distinción a nivel decorativo.

Los ambientes que basan su decoración en el shabby chic combinan muebles vintage o añejados especialmente para la ocasión con aparatos tecnológicos u objetos que responden a las últimas tendencias en diseño. Asimismo, incorporan alfombras antiguas con motivos barrocos, complejas arañas en la iluminación y tenues luces románticas.

Por otro lado, los complementos y diseños textiles cobran también vital importancia en el shabby chic. Cortinas de tules y organzas, junto a tapizados estampados en flores, configuran ambientes cálidos y románticos. Colores como el rosa, el verde y otros tonos pastel sirven para agudizar esta tendencia hacia la calidez.

A pesar de los toques contemporáneos que puedan aportar distintos objetos, los detalles que reinan en la decoración shabby chic pertenecen en general a estilos históricos: velas, candelabros antiguos de cristal, flores al natural o puntillas nos transportan a elegantes tiempos pasados.

Sin embargo, tampoco suelen faltar elementos “retro” obtenidos en algún mercadillo, inmersos en ambientes en los cuales los aromas son una característica central para crear la magia buscada. El shabby chic, en definitiva, es un intento por amalgamar lo antiguo con lo contemporáneo, lo casual con lo pensado y elegante, la seducción de la historia con los adelantos tecnológicos. Una búsqueda que puede resultar personal y renovadora para nuestros ambientes.

Continuación...

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