By Blog de CEUPE on Martes, 05 Febrero 2019
Category: CIENCIAS

El impacto de los procesos industriales en el medio ambiente

Está claro que el hombre, con el paso del tiempo, va dejando su marca en el territorio que habita. Sin embargo, esto se ha potenciado desde la expansión de los procesos industriales, y no precisamente para bien. A continuación, profundizaremos acerca de los efectos de este desarrollo en el medio ambiente.

Desde 1992, cuando se celebró la Cumbre de Río, la Organización de las Naciones Unidas ha dejado claro que tanto el ser humano como la naturaleza son elementos indispensables para un desarrollo sostenible. En esa cumbre, los países miembros se comprometieron a regular y reducir el impacto negativo del crecimiento industrial sobre el planeta Tierra.

No obstante, un cuarto de siglo después de aquella cita, el panorama no es nada alentador. Los datos sobre la contaminación y el cambio climático son cada vez más alarmantes. Lamentablemente, los principales actores involucrados (gobiernos y compañías multinacionales) no parecen decididos a cambiar el rumbo destructivo al que la raza humana ha tomado.

Impacto de los procesos industriales en el medio ambiente

En este contexto, surge la necesidad de un estudio consciente y responsable de la acción del hombre sobre el suelo en el que reside. Las industrias, pese a haber facilitado la vida del hombre en cuanto a calidad alimenticia y otras comodidades, también dejan su huella en la Tierra y sus ecosistemas.

En la siguiente enumeración, se describen las principales consecuencias que el medio ambiente afronta a causa de los procesos industriales:

Contaminación

Los residuos de los procesos de fabricación, así como los gases que estos emiten, afectan cada vez con mayor gravedad a la calidad del aire y del agua, entre muchos otros aspectos. Estos dos factores se ven potenciados, además, por las consecuencias globales de todas y cada una de las acciones del hombre sobre el medio ambiente. Así, se distinguen los siguientes tipos de contaminación:

Agotamiento de recursos

Aunque el hombre actúe como si fuera así, los recursos naturales no son infinitos. Si bien muchos son renovables, a menudo no se respetan los plazos para que la naturaleza misma suplante las carencias que la actividad y la ambición humana generan.

Peor aún es la situación de los recursos no renovables, como el petroleo o el gas. Su uso indiscriminado conduce poco a poco a su agotamiento, además de propiciar conflictos internacionales, que incluso se han cobrado la vida de miles de personas.

Debido a ello, resulta fundamental buscar nuevas vías para conseguir energía y materia prima que permita la compatibilidad del desarrollo de la producción con la sustentabilidad del planeta. En este sentido, hay dos caminos que deben ganar terreno cuanto antes: el reciclaje y la optimización de recursos al máximo, optando preferiblemente por los renovables.

Deforestación y desastres climatológicos

La tala indiscriminada de cada vez más bosques y montes en todo el mundo genera que las inundaciones sean no solo más frecuentes, sino exponencialmente más catastróficas.

A esto se le suma también la superpoblación, que lleva a un crecimiento urbano no planificado. Esta circunstancia arrastra a muchas personas en situación de vulnerabilidad a vivir en zonas no residenciales, donde el riesgo de sufrir las inclemencias del clima son mayores y las condiciones higiénicas son deplorables.

Extinción de especies

Todo lo anterior deriva, inevitablemente, en la extinción de cada vez más especies de flora y fauna a lo largo y ancho del globo. Parece lógico, el hombre vacía, quema y arrasa sus hábitats, consume sus recursos y los deja a merced de cualquier desastre climatológico.

La diferencia con la raza humana es que esta posee las capacidades y los conocimientos para aprovechar los bienes que la industria genera. Sin embargo, muy pocos tienen en cuenta lo que se deja en los lugares de extracción de recursos: un paisaje desolado en el que cada vez menos especies pueden llegar a subsistir.

Finalmente, podríamos agregar a este terrible impacto ambiental el perjuicio de estas consecuencias para la salud humana. Día a día, millones de personas se ven afectadas por la contaminación y la escasez de espacios naturales. Esto genera enormes pérdidas en cuanto a vidas humanas y, paradójicamente, también es un gasto para la salud pública de las naciones.

Como conclusión, no es ningún descubrimiento que es urgente un cambio de paradigma. Si la raza humana no controla los efectos devastadores de los procesos industriales en el medio ambiente, las generaciones futuras enfrentarán serios problemas de desavastecimiento y un cambio climático radical, que amenaza con causar cada vez mayores estragos.

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