By Blog de CEUPE on Lunes, 06 Mayo 2019
Category: PSICOLOGÍA

¿Cómo enriquecer los elementos estratégicos del contenedor del aprendizaje?

“Lo que sabemos del cerebro es que aprendemos también de la conducta. Y que esta conducta se encuentra gobernada por nuestros estados emocionales, recuerdos y memorias. Cómo aprende nuestro cerebro tiene que ver con una bioquímica también emocional.”

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Cómo enriquecer los elementos estratégicos del contenedor

A veces, cuando la sinapsis libera dopamina, serotonina y endorfinas, el mensaje va más rápido y se entiende más fácilmente; se necesita estimular al cerebro para que libere la mayor cantidad posible de sustancias. Eso quiere decir que tenemos que permitir a los alumnos que se pongan de pie, se estiren, salten o se toquen. También hay actividades que estimulan el cerebro para que empiece a liberar sustancias químicas.

Algunas ideas que nos aporta la neurociencia para cuidar el contenedor son:

  1. Eliminar el modo amenaza y el estrés del contenedor. El cerebro del alumno responde de manera diferente al estrés. Activa básicamente el modo supervivencia y eso no es bueno para el verdadero aprendizaje. Las amenazas se asocian con el trauma verbal, físico o psicológico (por parte del contenedor, amigos, profesores), con sentimientos de desprecio, humillación o vergüenza.
  2. Prestar atención a los traumas. Determinados traumas han podido sinoptizar el cerebro y esos circuitos han alterado la actividad de casi todos los neurotransmisores en una o varias zonas de este, pudiendo producir cambios en los receptores. Para reducir la tensión generada por la amenaza infundada o fundada, los docentes deben tener estrategias para abordar inmediatamente el trauma. El profesor tiene que enseñar al alumno a planificar el tiempo, técnicas de respiración, habilidades de relación interpersonal, recreo, pedir ayuda, ejercicios, jugar, debates, fiestas… También debe desarrollar un clima proclive al aprendizaje, evitando el modo amenaza o la intimidación, trabajando valores como la democracia participativa, la asamblea... donde los estudiantes puedan ser tratados equitativamente y se sientan libres de manifestar sus opiniones sin miedo alguno.
  3. El estrés afecta negativamente al aprendizaje y a la salud. Las situaciones de temor, incertidumbre, miedo o rabia no favorecen la motivación ni las recompensas. Por eso, es importante incluir una dieta de emociones basadas en la recompensa.
  4. Estimular el proceso de expresión personal. Pueden ser ejercicios cotidianos por parte del estudiante y del docente, donde el cerebro realice conexiones sinápticas que faciliten la adquisición de habilidades como la escritura, el dibujo, caminar… actividades que permitan equilibrar el aprendizaje de dentro a fuera. El uso del diario es muy útil desde pequeños hasta mayores, genera la disciplina de la autoexpresión.
  5. Estimulación motriz. Necesitamos suministrar oxígeno al cerebro y neurotropinas para mejorar el crecimiento y las conexiones neuronales de igual manera. El ejercicio gimnástico, el deporte, caminar… todo ello tiene beneficios mentales a corto y largo plazo, pues activa la respuesta de adrenalina y noradrenalina y una recuperación de las memorias. Cuando el cuerpo trabaja y se prepara, el cerebro responde mejor. Las reacciones son más rápidas, se piensa mejor, se recuerda más y se reduce el estrés. Así que es altamente recomendable hacer 20 minutos de ejercicio al menos 3 o 4 veces por semana. El ejercicio genera una sustancia natural que fomenta la capacidad de las neuronas de conectarse entre sí.
  6. Desarrollar cualquier tipo de arte. Es importante el desarrollo artístico, sea para el pensamiento visual, la resolución de los problemas, el lenguaje, la creatividad... La música o el baile, por ejemplo, fomentan la memoria procedimental y, por tanto, el aprendizaje duradero.
  7. Captar la atención de los estudiantes. El proceso cognitivo y metacognitivo que promueve la supervivencia amplia los estados placenteros. Por tanto, los contrastes nos ayudan a fijar el aprendizaje y a desarrollar el cerebro.
  8. Estimular y favorecer la relajación. Para aprender y estudiar con todo el cerebro, la relajación nos ayuda a calmar la mente e interiorizar paz, felicidad, alegría y equilibrio. Todo esto se puede obtener simplemente con un poco de respiración consciente y concentración mental. Facilitar la concentración en el alumno es favorecer la captación de nuevas ideas y conocimientos. Cuando hay relajación, la energía cerebral genera un cambio de frecuencia, logrando sincronizar los hemisferios y así sintonizándonos, despejándonos y volviéndonos más receptivos. Propiciando esto, tenemos más capacidad de conectar los hemisferios cerebrales.
  9. Utilizar algunos recursos didácticos. Por ejemplo, colores, imágenes, símbolos, diagramas, metáforas e historias que son buenas para el aprendizaje, ya que estimulan ambos hemisferios y potencian la conexión con el aprendizaje total.

Resumen

Lo mejor que hacemos como seres humanos es aprender. El aprendizaje es, a su vez, parte de una de las funciones más importantes de nuestro cerebro, cada nueva estimulación e información modifica la conducta, memoria y experiencia. Los científicos no están totalmente seguros de cómo sucede exactamente esto, pero tenemos algunas ideas bastante certeras.

El contenedor es un gran agente estimulador porque, para nuestro cerebro, nosotros solo hacemos dos cosas: repetir algo que ya sabemos hacer o aprender algo nuevo. Si estamos repitiendo un aprendizaje antiguo, lo que hacen nuestras vías neuronales es reforzar más cada vez.

Para que un aprendizaje se fije en el cerebro, se necesitan dos elementos: que el contenedor del aprendizaje este en óptimas condiciones (entendiendo el contenedor como un conjunto de elementos que constituyen el aprendizaje) y que la memoria funcione bien. Son dos partes indisolubles, no hay la una sin la otra.

La educación en neurociencia debe fomentar la exploración del pensamiento múltiple, alternativo, las respuestas múltiples, la autoconciencia creativa, la inteligencia social y el aprendizaje abierto.

Los genes no bastan para que se produzca un aprendizaje significativo en el cerebro, requiere el estímulo del ambiente. Es un hecho científico ya que las áreas sensoriales del cerebro solo pueden desarrollarse cuando el contenedor tiene diferentes estímulos sensoriales: imágenes, textos, sonidos, visiones, experiencias... Para el desarrollo normal del cerebro, es necesario la cultura y la naturaleza. Por eso, el cerebro del adulto es flexible. Puede ser que crezcan nuevas células y se establezcan nuevas conexiones, pero no todo el mundo las fija en la memoria, en ello influyen las emociones.

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