FINANZAS

Métodos para analizar inversiones

Existen distintos métodos para valorar proyectos de inversión, que se detallan entre las que cabe destacar:

  1. Para el análisis de la liquidez:  
    1. Plazo de Recuperación o Pay-back.

El período de recuperación es el período de tiempo que necesita el proyecto para recuperar la inversión anual. En otras palabras, el tiempo que tarda el proyecto en hacer cero el valor del cash-flow acumulado.

Para el análisis de la rentabilidad, se estudian dos métodos principalmente:

  1. Valor Actual Neto (V.A.N.)
  2. Tasa Interna de Retorno (T.I.R.)

Por rentabilidad de un proyecto de inversión entendemos la capacidad de tal proyecto para generar rentas o rendimientos.

Por riesgo de un proyecto de inversión entendemos la posibilidad derivada de la incertidumbre respecto a la generación de las rentas esperadas en el futuro. El riesgo surge de la incertidumbre y ésta es mayor cuanto mayor el plazo de tiempo durante el que esperamos que el proyecto vaya a generar rentas.

Para el análisis del riesgo no existen técnicas específicas sencillas, por lo que generalmente se adaptan o modifican las técnicas utilizadas más arriba para valorar liquidez y rentabilidad. Por ejemplo, si se sospecha de un riesgo extraordinario, se aumentaría la tasa de descuento utilizada en el VAN o se retocarían los cash-flow a la baja. De esa manera nos aseguramos que elegimos sólo inversiones de mejor calidad.

De hecho, la liquidez, y por tanto la técnica del plazo de recuperación, es una buena medida del riesgo ya que una mayor liquidez muestra un menor plazo de recuperación de la inversión inicial y eso disminuye el riesgo. Cuanto menor el tiempo, menor es el riesgo por la incertidumbre que conlleva el tiempo.

Antes de pasar al análisis detallado de estas técnicas, deben revisarse algunos conceptos.

  1. En primer lugar, debe definirse el cash-flow del proyecto o flujos de tesorería esperados, como antes se comentaba.
  2. En segundo lugar, estimar el coste de oportunidad del capital, que será el tipo de interés que utilizaremos para descontar o actualizar los flujos de tesorería o cash-flow esperado del proyecto. También se utiliza el Coste Medio Ponderado de Capital (C.M.P.C o W.A.C.C. en inglés). Generalmente, el coste de oportunidad se determina con dos componentes:
    1. El coste de oportunidad de una inversión sin riesgo (por ejemplo, Letras del Tesoro)
    2. Una prima de riesgo que se añade para considerar el riesgo de la inversión y de la compañía

Por tanto, en un proyecto de inversión vamos a distinguir los siguientes elementos:

  1. CFo: Desembolso inicial o precio de adquisición del bien de capital
  2. CFi: Flujo neto de caja (cash flow) del período i o diferencia entre cobros y pagos asociados a este período
  3. N: 1, 2, 3.... n años

Estos elementos los podemos recoger gráficamente en un diagrama temporal:

 

Por simplicidad, suponemos una escala temporal anual, y que tanto los pagos como los cobros se realizan al final de cada período.

Estimación de la inversión inicial

Estimar la inversión inicial no parece complejo en la mayoría de los casos.

 

Por ejemplo:

  1. Si vamos a comprar una máquina, se conoce el precio, los gastos de instalación, transporte… luego el desembolso por la compra de la máquina no debería alejarse mucho de lo pronosticado.
  2. Si vamos a invertir en acciones de Telefónica, el precio a pagar por una acción es fácilmente previsible al tener un valor claro de cotización. Si la acción no cotizara en bolsa, el desembolso a realizar no es tan fácil de calcular.
  3. Si vamos a invertir en una autopista, los desembolsos de la obra inicial pueden estimarse con un grado mínimo de error, claro que si la autopista pasa por debajo de una montaña se pueden encontrar desembolsos inesperados no previstos como una mayor dureza de la roca.
  4. Si vamos a realizar un túnel para el paso de un AVE los costes pueden desviarse bastante de lo inicialmente previsto como ocurrió en el túnel del canal de la mancha que unía Francia e Inglaterra que se desvió hasta casi tres veces sobre lo presupuestado.

Se podrían poner muchos ejemplos, y se podría concluir en que en la mayoría de los casos no debe haber problemas con las estimaciones de la mayoría de las inversiones (salvo excepciones), y también se podría afirmar que la incertidumbre en el cálculo de los desembolsos iniciales suele será menor que la incertidumbre en los cálculos de los flujos de caja que se producirán en años posteriores.

Estimación de los flujos de caja que va a producir la inversión en el futuro