By Blog de CEUPE on Jueves, 21 Febrero 2019
Category: LOGÍSTICA

Implicaciones comerciales en la producción ágil

Las tendencias y cambios observados en los últimos años en el entorno económico ponen de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una profunda reestructuración en la manera de entender y orientar la fabricación ágil.

En este sentido, resulta necesario el abandono de falsos mitos y suposiciones tradicionales que llevan a considerar al área de producción como un sistema cerrado y optimizable, sin relación estratégica con el resto de funciones, donde la eficiencia es su variable clave y la reducción de costes su manifestación operativa.

Por ello, las empresas industriales deben abandonar la idea de gestionar la actividad productiva como un sistema aislado, pasando a gestionar el área de producción como un sistema abierto, en constante interacción con el resto de funciones de la empresa y el entorno en el que ésta opera.

Esta integración precisa, principalmente, la realización de cambios de naturaleza organizativa que modifiquen la estructura de relaciones vigentes entre la función de producción y su entorno.

Hoy en día, el éxito o la supervivencia competitiva se deriva en gran medida de la capacidad de adaptación a las condiciones cambiantes del mercado. En este sentido, la fabricación ágil supone una ruptura total con el modelo de producción en masa y representa una nueva forma de competencia industrial a escala global para el siglo XXI que se identifica con la aplicación de nuevas prácticas operativas y de gestión cuyo principal fin es hacer frente a los desafíos de un nuevo entorno competitivo más dinámico y hostil.

Se trata, pues, de un nuevo modelo de producción que incorpora las prácticas y principios ya conocidos de la producción ajustada e integra, asimismo, el rango completo de tecnologías de producción flexible, permitiendo a la organización responder de forma dinámica a los requerimientos altamente complejos y cambiantes de los consumidores. No obstante, la fabricación ágil debe ser considerada como algo más que un constructo híbrido de tecnología y cualquier método de producción previo. Es un planteamiento hacia la cooperación inter-empresarial y el desarrollo de habilidades creativas por parte de la dirección y la fuerza de trabajo, que utiliza las nuevas tecnologías de producción flexible y la competencia personal de los trabajadores para generar una organización altamente adaptada, competitiva e innovadora. De esta forma, la fabricación ágil se logra a través de la integración de tres recursos -tecnología, gestión y fuerza de trabajo- en un sistema coordinado, interdependiente y reconfigurable (Goldman et al., 1995).

Así, la fabricación ágil se ha vinculado con la capacidad para sobrevivir y prosperar en un entorno competitivo que cambia de forma continua e impredecible.

Ofrece enormes posibilidades para:

  1. La reducción de los costes de producción
  2. El incremento de la cuota de mercado
  3. La satisfacción de las necesidades de los consumidores
  4. La rápida introducción de nuevos productos en el mercado
  5. La eliminación de actividades que no añaden valor al producto
  6. El incremento de la competitividad en fabricación

Las empresas que persigan la agilidad en fabricación deben conceder igual importancia a las políticas estructurales e infraestructurales, ya que a través de su correcta integración se logra la generación de capacidades vinculadas a la fabricación ágil que pueden ser la base para alcanzar una ventaja competitiva.

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