TECNOLOGÍA

Sistema de Gestión de la Seguridad de la Información

Un SGSI (Sistema de Gestión de Seguridad de la Información) proporciona un modelo para crear, implementar, hacer funcionar, supervisar, revisar, mantener y mejorar la protección de los activos de información para alcanzar los objetivos de negocio.

La base de un SGSI reside en, conociendo el contexto de la organización, evaluar los riesgos y fijar los niveles determinados como adecuados por parte de la Dirección de la organización para la aceptación de un nivel de riesgo de modo que se puedan tratar y gestionar los riesgos con eficacia.

El análisis de los requisitos para la protección de los activos de información y la aplicación de controles adecuados para garantizar la protección de estos activos de información, según sea necesario, contribuye a la exitosa implementación de un SGSI.

Los principios fundamentales que contribuyen a la exitosa implementación de un SGSI son:

  1. Entender la organización, su contexto y los elementos relevantes que podrían afectar a los objetivos del SGSI.
  2. Entender las necesidades de las partes interesadas.
  3. La asignación de responsabilidades y liderazgo para la seguridad de la información.
  4. La formación y concienciación en seguridad de la información.
  5. El compromiso y liderazgo de la Dirección.
  6. Las evaluaciones de riesgos para determinar el estado actual y las estrategias adecuadas para asumir, transferir, evitar y/o reducir el riesgo para alcanzar los niveles aceptables de riesgo.
  7. La seguridad incorporada como un elemento esencial de las redes y sistemas de información.
  8. La prevención activa y detección de incidentes de seguridad de la información.
  9. Asegurar un enfoque integral de gestión de seguridad de la información.
  10. Una reevaluación regular de la seguridad de la información y la aplicación de modificaciones según sea apropiado.
  11. Un enfoque de mejora continua.

Dimensiones de la seguridad de la información

Según ISO/IEC 27001, la seguridad de la información comprende, al menos, las siguientes tres dimensiones fundamentales:

  1. La confidencialidad.
  2. La disponibilidad.
  3. La integridad.

La confidencialidad se refiere al acceso a la información por parte únicamente de quienes estén autorizados.

La verificación y la autorización son dos de los mecanismos que se emplean para asegurar la confidencialidad de la información.

La disponibilidad se refiere al acceso a la información y los sistemas de tratamiento de la misma por parte de los usuarios autorizados cuando lo requieran.

La falta de disponibilidad se manifiesta, principalmente, por:

  1. La denegación o repudio del servicio debido a la falta de garantías de la prestación del mismo, tanto por parte del prestador del servicio como del solicitante o tomador (controles de identificación fehacientes, falta de prestaciones de los equipos, congestión de líneas, entre otros posibles).
  2. La pérdida de servicios de los recursos de información por causa de catástrofes naturales o por fallos de equipos, averías, acción de virus, etc.

La integridad significa un mantenimiento de la exactitud y completitud de la información y sus métodos de proceso.

Partiendo de estas tres dimensiones fundamentales, existen organizaciones que pueden necesitar de otras adicionales, como, por ejemplo: la trazabilidad y la autenticidad para organismos públicos, y en referencia al marco especificado por el Esquema Nacional de Seguridad, o, incluso, el denominado no-repudio en entornos de uso de claves de cifrado (p.ej., el uso del DNI) como garantía ante la posible negación de una entidad o un usuario de que ciertas transacciones tuvieron lugar.

Estas dimensiones, añadidas a las fundamentales de confidencialidad, integridad y disponibilidad, significarán, en cualquier caso, una extensión opcional y particular en base a las necesidades concretas de aplicación de un SGSI que cada organización debe valorar, y no un requisito fundamental del estándar ISO/IEC 27001.

Establecer, monitorizar, mantener y mejorar un SGSI

Una organización necesita llevar a cabo los siguientes pasos para el establecimiento, control, mantenimiento y mejora de su SGSI:

  1. Identificar los activos de información y sus requisitos de seguridad asociados.
  2. Evaluar los riesgos de seguridad de la información.
  3. Seleccionar y aplicar los controles pertinentes para gestionar los riesgos inaceptables.
  4. Supervisar, mantener y mejorar la eficacia de los controles de seguridad asociados con los activos de información de la organización.

Para garantizar la protección efectiva de los activos de información del SGSI dentro de la organización de forma permanente, es necesario que los cuatro pasos anteriores se repitan continuamente para estar en posición de identificar cambios en los riesgos, en las estrategias de la organización y/o en los objetivos de negocio.

Identificar los requisitos de seguridad de la información

Es importante iniciar la identificación de los requisitos para la seguridad de la información partiendo de un contexto global basado en los objetivos generales, la estrategia de negocio de la organización, su tamaño y la posible distribución geográfica.

A partir de esta información global, pasamos a identificar, en consecuencia, los requisitos de seguridad de la información a través de:

  1. La identificación de los activos de información y su valor.
  2. Las necesidades del negocio para el procesamiento y almacenamiento de información.
  3. Los requisitos legales, reglamentarios y contractuales.
  4. Las necesidades de las partes interesadas.

Realizar una evaluación metódica de los riesgos implica analizar:

  1. Las amenazas a los activos de información.
  2. Los factores de vulnerabilidad ante la posibilidad de que una amenaza se materialice.
  3. El impacto potencial de cualquier incidente de seguridad de la información sobre los activos de información.
  4. Actualmente, ISO 27001 únicamente hace mención a la necesidad de identificar riesgos (sin especificar cómo) asociados a la pérdida de confidencialidad, integridad y disponibilidad, tras analizar las potenciales consecuencias y la probabilidad para, finalmente, cuantificar el riesgo. Adicionalmente, se deberá identificar al propietario del riesgo.

El gasto en controles de seguridad pertinentes debería ser proporcional al impacto calculado para el negocio y en base a la percepción de que el riesgo se materialice.

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