CIENCIAS

¿Qué es la leña?

La leña es la parte de los árboles o arbustos, de las especies vegetales forestales o agrícolas leñosas, que troceadas se pueden destinar a fines energéticos.

Las especies más destacadas en cuanto a la producción de leñas son las siguientes:

  1. Especies forestales: producidas como consecuencia de los trabajos de poda, clara y restos de cortas finales.
    1. Coníferas: pinos.
    2. Frondosas: acacias, eucaliptos, fresnos, robles, encina, sauces, etc.
  2. Especies agrícolas: las leñas que producen son consecuencia del proceso de poda de especies como los árboles frutales, los árboles de frutos secos, el olivo, la vid, etc.

Cuando se habla de leñas, generalmente se asocia su origen a especies forestales, motivado tanto por el aspecto histórico como la abundancia de superficies forestales. Las leñas son importantes porque de ellas se pueden obtener otros biocombustibles sólidos y líquidos, como astillas, carbón vegetal, bioetanol, etc.

  1. Características físicas:
    1. Forma: generalmente tiene una forma cilindro-cónica, por lo que arderá con facilidad cuanto menor sea el diámetro y la densidad.
    2. Aspecto: viene determinado por su forma (comentada anteriormente) y por su color, que varía dependiendo del lugar de procedencia de la especie forestal (con líquenes si viene de zonas de montañas; oscura si procede del ámbito urbano) y de la naturaleza de esta. En el interior de la leña, el color se hace más claro cuanto más nos acerquemos a la parte central de la misma.
    3. Densidad y peso del estéreo: se entiende por “estéreo” el peso de un metro cúbico de volumen aparente de madera. Como características más importantes para determinar el peso del estéreo, se encuentran la forma y las dimensiones de la leña apilada, la humedad de la leña, la densidad de la madera y la disposición de las leñas.
    4. Humedad: variable importante que influye tanto en el precio de las leñas como en el aprovechamiento energético de las mismas, y puede medirse tanto en base seca como en base húmeda. A mayor humedad, las leñas deben ser más baratas porque menor contenido en materia seca y menor poder calorífico tendrán. A la hora de comprar leñas hay que fijarse no solo en el peso, sino también en la humedad.
    5. Superficie específica: condiciona notablemente la combustión; a mayor superficie específica, más rápida será la misma, pues habrá mayor superficie de contacto entre combustible y comburente.
    6. Porcentaje de corteza: en función del peso relativo de esta fracción de la leña en el contexto global, las variables caracterizadoras de las leñas serán unas u otras, ya que la corteza tiene unas características físicas y químicas diferentes el interior de esta. Las leñas de las partes bajas del árbol tendrán mayor contenido en cortezas que aquellas que procedan de la parte superior del mismo.
  2. Características químicas:
    1. Composición química elemental: depende del material de partida y del porcentaje de corteza que esté presente en la leña, así como de la cantidad de impurezas que esta pueda contener. Es muy importante para saber el poder calorífico, los gases emitidos a la atmósfera y la composición química de las cenizas. En términos generales, la madera posee poco contenido en azufre y nitrógeno, por lo que la emisión de óxidos de azufre y de nitrógeno serán muy reducidos en los gases resultantes de su aprovechamiento energético.
    2. Composición química por compuestos: la madera, como se ha comentado, está compuesta por hidratos de carbono complejos del tipo celulosa, hemicelulosa y lignina. Es importante también esta composición porque, al igual que se comentó para el caso de la composición química elemental, tener una u otra determina tanto los tipos de compuestos que estarían presentes en los gases como en las cenizas resultantes de los aprovechamientos energéticos de las leñas.
    3. Poderes caloríficos: está condicionado por la cantidad de agua, la composición química elemental y por compuestos, la presencia o no de impurezas, etc.
  3. Características físico-químicas:
    1. Variables de combustibilidad: las más importantes son el coeficiente de conductividad térmica (mide la rapidez de transmisión del calor por conducción) y las temperaturas y tiempos de inicio de combustión, inflamación, temperatura máxima de llama, etc.
    2. Potencia calorífica: cantidad de calor desprendido por unidad de masa y de tiempo, y es función del poder calorífico de la leña, la forma de la misma, el coeficiente de conductividad térmica, la tecnología de combustión, etc. A la hora de utilizar leñas, interesa que al inicio de su aprovechamiento energético la potencia calorífica sea elevada (por dicho motivo se emplean en ese momento piñas que tienen una elevada superficie específica y arden muy deprisa), manteniéndose constante el resto del tiempo.

Las variables de combustibilidad son:

  1. Tiempo de combustión: lo que tarda en iniciarse la combustión. Varía con la temperatura del horno donde se lleve a cabo el aprovechamiento energético.
  2. Temperatura de combustión: determina el inicio de la combustión. Depende únicamente del tipo de leña empleado.
  3. Tiempo de inflamación: se emplea hasta que se emite la llama. Depende de la temperatura del horno.
  4. Temperatura de inflamación: corresponde con el inicio de la inflamación y, por tanto, con la emisión de una llama, por lo que depende de la temperatura del horno.
  5. Tiempo de llama: tiempo durante el que una leña está emitiendo llama en unas condiciones fijadas de temperatura. Depende del coeficiente de conductividad térmica, de la cantidad de combustible y de comburente, así como de la temperatura del horno.
  6. Temperatura máxima de llama: valor máximo que se alcanza en el interior del horno, por lo que condiciona la naturaleza de los materiales que se deben utilizar para la construcción del horno.

El mercado de la leña

Generalmente, este tipo de biocombustible se emplea mucho en España en estufas compactas e incluso en calderas de pequeña potencia de viviendas unifamiliares, teniendo en cuenta que, si se sale de las fronteras españolas y de buena parte de los países europeos y, por ende, de los países desarrollados, las leñas se emplean tanto para calentar como para cocinar e incluso para la obtención de otro biocombustible, que es el carbón vegetal.

El uso de un tipo de leñas u otro dependerá del destino que se quiera dar a las mismas. Por ejemplo, la leña de coníferas es muy buena para iniciar la calefacción y obtener una determinada temperatura en poco tiempo, pero, para mantener el rescoldo, interesa la leña de frondosas. La leña de frondosas duras, como aquellas procedentes del género quercus (encina, roble, quejigo), presentan unas características muy buenas e incluso mejores que la de las coníferas, de ahí que el precio de estas sea superior en muchas ocasiones.

Para aplicaciones muy concretas, como los restaurantes, la poda de especies agrícolas leñosas es muy demandada, llegándose a pagar por ellas elevados precios.