CIENCIAS EMPRESAS

Valores y principios de la empresa responsable y sostenible

Para que una empresa perdure en el tiempo es evidente que los resultados económicos de la misma deben ser favorables, ya que además de ser el fin último de una empresa es una condición indispensable si la empresa quiere seguir siendo una empresa responsable y sostenible.

No obstante, se debe tener en cuenta que no todo vale para conseguir los objetivos económicos de la misma ya que se debe seguir respetando la ética empresarial y sobre todo la legalidad.

Una empresa que se precie de ser responsable y sostenible debe conseguir unos objetivos económicos al mismo tiempo que respeta otros objetivos éticos y socialmente responsables.

 

Disponemos a su explicación:

  1. Bien común. Como se comentaba en apartados anteriores, el egoísmo es uno de los pilares del pensamiento económico ya que no es de otra forma sino mirando por el bien propio como se prospera y se perdura en el tiempo. Para que las empresas sean capaces de contribuir a la mejora de la situación económica, social y medioambiental se debe apostar por el concepto de bien común. Por tanto, el éxito está en que ambos conceptos, aparentemente contradictorios, convivan en la empresa y se retroalimenten mutuamente.
  2. Colaboración. La visión tradicional de la empresa aboga más por la competitividad que por la colaboración, como se veía en el apartado anterior. Pero la colaboración suma esfuerzos en la misma dirección, es capaz de aportarnos otros puntos de vista para los mismos problemas para crear de forma colaborativa nuevas teorías y soluciones. Por tanto, se deben gestionar ambos conceptos en la empresa, tanto la competitividad como la colaboración, colaborando con los compañeros, con instituciones, con proveedores y con competidores.
  3. Coherencia. Para la empresa tradicional es de vital importancia su imagen para tener así una buena reputación en el mercado. El problema surge cuando hay un deterioro de la imagen y se intenta maquillar esta imagen de cara al exterior en lugar de profundizar en la verdadera razón de este cambio y solucionarlo desde dentro. La coherencia se refiere a ese concepto interno o intrínseco en contraposición a la imagen que se refiere más a la percepción que puedan tener los demás de un modo externo. La empresa tradicional tendrá una imagen que puede ser fiel o no a los principios de la empresa, pero tiene la imagen con la que quiere ser conocida en el mercado. Sin embargo, la empresa responsable y sostenible buscará ser coherente y tener una imagen que se corresponda con la esencia de la empresa y sus valores. La imagen debería reflejar lo que somos como empresa y no lo que nos gustaría ser.
  4. Emocional. Hasta hace poco las decisiones empresariales eran exclusivamente racionales, ya que, según el paradigma cultural y científico, para que las decisiones fuesen óptimas debían ser únicamente producto de la razón. Pero las emociones también deben tener cabida en el mundo empresarial fomentando las relaciones humanas y el desarrollo de capacidades como la creatividad, el compromiso y el entusiasmo.
  5. Holarquía. La empresa siempre se ha caracterizado por tener una fuerte estructura organizativa y jerárquica. Sin embargo, ante un entorno cambiante se hace necesario descentralizar la toma de decisiones y la aparición de determinadas estructuras temporales que puedan dar respuesta a las exigencias del entorno. Las estructuras puramente jerárquicas sólo funcionarían en entornos sencillos y sin cambios, pero no en una empresa inmersa en un entorno cambiante. Por tanto, una empresa responsable y sostenible deberá ser capaz de compaginar ambos aspectos, tener una jerarquía de base, pero saber adaptarse incorporando y eliminando estructuras temporales basadas en un liderazgo no jerárquico, promoviendo las relaciones en red en lugar de en pirámide.
  6. Diversidad. Para una empresa se hace necesario que sus miembros compartan valores y criterios para que sus actuaciones sean uniformes. El problema surge cuando la uniformidad se hace tan habitual que la diversidad es vista como una fuente de problemas. Una empresa responsable y sostenible debe ser capaz de aprovechar la diversidad de ideas y creencias para poder tener distintos puntos de vista del mismo tema y así poder innovar y crecer como empresa.
  7. Diálogo. La capacidad de diálogo aporta un extra muy importante comparándolo con la mera información. Si la estrategia es sólo informar y no dialogar se pierde el feedback o retroalimentación con el resto de actores del proceso. De esta manera, manteniendo abierto el diálogo se pueden conocer los intereses e inquietudes de los grupos de interés al mismo tiempo que nos hacemos más competitivos como empresa.
  8. Confianza. La visión tradicional de la empresa considera que se debe ejercer un control sobre las personas. Muchas veces este control se torna excesivo y puede desembocar en un alto nivel de desmotivación, afectando seriamente al rendimiento. Por otro lado, las empresas responsables y sostenibles son conocedoras de la importancia del control para gestionar la empresa de una forma adecuada, pero dejan un margen de confianza a sus empleados sabiendo que tomarán decisiones apropiadas y beneficiosas para la empresa.
  9. Aprendizaje. La empresa tradicional apuesta por una gestión eficiente, sin margen para la creatividad y la incertidumbre, frenando con ello el proceso creativo de aprendizaje. Este proceso de aprendizaje requerirá unos costes que harán que la empresa sea menos eficiente en el corto plazo. La empresa responsable y sostenible deberá tener una visión a largo plazo, viendo el proceso de aprendizaje como una inversión necesaria para poder ser competitivos en el futuro.