PSICOLOGÍA

¿Qué hace una escuela inteligente?

Una escuela inteligente es aquella que está informada, es dinámica y reflexiva. Necesitamos crear escuelas donde la cultura del pensamiento sea el oxígeno donde se respira. El principal desafío para la educación es conseguir el equilibrio entre la enseñanza y el aprendizaje.

Para ello necesitamos tres características al menos:

  1. Aprender para comprender es más que aprender.
  2. Modificar los procesos cognitivos y metodológicos hacia un proceso de aprendizaje que apunte al pensamiento creativo.
  3. Todo este proceso tiene que ser inteligente.

¿Cómo se transforma una escuela tradicional en una inteligente? ¿Cómo se puede transformar el aula cultural o de conocimientos en un aula de pensamiento?

La primera reflexión es qué se enseña, cuándo se enseña, qué se valora y qué se deja de valorar en los procesos de aprendizaje. Estas son grandes cuestiones.

Hay una serie de rutinas pedagógicas tradicionales que fomentan un amansamiento del alumno; no buscan desafiar y cuestionar a los profesores, sino que el estudiante repita los conocimientos adquiridos; por ejemplo: subrayar frases, pedir textos, reducir a esquemas…

La segunda reflexión es que domesticamos los contendidos y la forma de enseñarlos; sin embargo, los aprendizajes no se dan desde la comprensión. Por ello, necesitamos un cambio en la mentalidad de fomentar a los estudiantes a que piensen y se conozcan. Conocer no es solo saber datos, es ser capaz de trabajar con la intuición, la percepción y la investigación.

Rol del docente

Fomentar su pieza central y simbolismo en el interior del aula. Cuando el docente actúa de manera asertiva, se produce el efecto directo sobre el aula, ya que actúa desde la actitud y no desde las expectativas. La conducta también es un símbolo; a través de ella se generan los valores del pensamiento.

Así, la escuela no se centra solo en el aprendizaje reflexivo del alumno, sino que debe ser un ámbito informativo y dinámico, que proporciona aprendizaje reflexivo y comprensivo. En referencia a las prácticas pedagógicas, hay que conseguir que los adolescentes actuales sean capaces de adquirir habilidades y conocimientos para desarrollar su pensamiento, abordando la necesidad de cambios pedagógicos donde no se aplican tan solo los conocimientos. Para lograr un proceso de transformación de escuela tradicional a inteligente, se necesitan dos o tres años al menos. Para llegar a esto, es necesario enfatizar en la capacitación de docentes. En este tema, el equipo directivo tiene un papel fundamental.

Ejemplo de marco para un buen desempeño de la comprensión:

  1. Identificar el tema: ¿Cuál es el tema? ¿Qué queremos que los estudiantes comprendan? ¿Cuál es el nicho de aprendizaje que tocarán?
  2. Establecer las metas de la comprensión: ¿Qué hay de especial en ese tema que queremos que comprendan?
  3. Desempeños de comprensión: ¿Qué harán para lograr que comprendan? Actividades.
  4. Evaluación continua: ¿Cómo sabemos que comprenden? Orientar la comprensión en ciclos de evaluación que se convierten en parte de la actividad, pero no son la actividad principal.
  5. Qué hemos dejado de lado: cuando se enseña y se valora, se pasa por alto, en la mayoría de los procesos de aprendizaje, cosas importantes. Es interesante hacer una revisión en este sentido: ¿Qué hemos dejado de lado?

Las metas como conocimiento generador

¿Qué queremos de la educación? ¿Inteligencia, imaginación, compromiso? Queremos muchas cosas. ¿Qué preferimos?

Escojamos, como máximo, tres metas generales:

  1. Retención del conocimiento.
  2. Comprensión del conocimiento.
  3. Uso activo del conocimiento.

Las tres se pueden resumir en un único concepto: conocimiento generador. Es decir, un conocimiento que no se acumule, sino que actúe enriqueciendo la vida del alumno, ayudándole a comprender el mundo y a desenvolverse en él.

Necesitamos un aprendizaje reflexivo, escuelas donde predomine el pensamiento y no la memoria, “el alfabetismo de la reflexión”. Un marco pedagógico donde el aprendizaje gire en torno al pensamiento y donde los alumnos aprendan reflexionando sobre lo que aprenden.

¿Por qué se tiene que crear una escuela inteligente?

  1. Porque hay un gran déficit de rendimiento y atención en el aula: esa deficiencia se relaciona directamente con la retención, la comprensión y el uso activo del conocimiento.
  2. La enseñanza y el aprendizaje: la teoría del uno y más allá del uno. Si el alumno va al aula solo para memorizar, no aprende. Solo usando activamente el conocimiento, habremos prestado atención a los principios más innovadores, como el aprendizaje cooperativo.
  3. El contenido de la comprensión: ¿qué quiere decir una pedagogía de la comprensión? Es fundamental trabajar desde la atención, intención y motivación para llegar a la comprensión del alumno.
  4. El currículo y el metacurrículo: el aprendizaje real implica más que la abstracción de datos. Este implica relacionar, y eso se tiene que poder reflexionar desde el currículo y desde el metacurrículo para poder hablar de un pensamiento de orden superior.
  5. Las aulas y el rol de la inteligencia socializada: los alumnos no son personas solas en el aula; la inteligencia se puede socializar y, para ello, es necesario que se reorganice la mirada del grupo en el aula.
  6. Motivación: volver a prestar atención, estímulos, intenciones, motivaciones, ganancias y costos cognitivos de estar motivados.
  7. Las cinco dimensiones claves del cambio educativo: instrucción, contenido curricular, organización del aula y motivación.
  8. El desafío del gran cambio: hay muchos métodos y muchas escuelas pequeñas que funcionan, pero todavía nos da miedo ponerlas en red. Es un gran desafío.

La conexión para el logro de una escuela inteligente debe abordar los siguientes tópicos:

  1. La neurodiversidad del alumno: no tenemos que dar un currículo especial al alumno lento o rápido, el aprendizaje reflexivo es lo único que funciona para que todos los alumnos, sean lo que sean, se sientan respetados, motivados y ayudados.
  2. Estudiantes difíciles: el aprendizaje reflexivo es útil para los estudiantes que necesitan la energía, el interés y el desarrollo de la capacidad de aprender, y que solo pueden lograrlo por otro tipo de escuela que fomente seguridad, protección, curiosidad, confianza y habilidades.
  3. Evaluación: romper el esquema de examen mecánico inoperante y usar activamente lo aprendido.
  4. Comprometer a padres, maestros y comunidad en la escuela.
  5. Escuelas inteligentes a la carta: no se puede escoger una escuela solo porque está cerca de casa, la elección debe basarse en un hecho reflexivo para que vaya de acuerdo con el aprendizaje que el alumno realizará.
  6. Reestructuración de la escuela: tenemos que cambiar el currículo tan largo, los periodos lectivos largos y las vacaciones extensas; hay que prosperar en cambios de fondo y forma con el fin de liberar y vigorizar a educadores y alumnos.
  7. La educación permanente del maestro y el rol del maestro aprendiz.