CIENCIAS

Los procedimientos de trabajo

Si bien las normas de seguridad se refieren a situaciones de riesgo que se pretenden controlar interviniendo sobre el comportamiento humano, es importante que bajo una concepción de seguridad integrada en los procesos productivos se normalicen los procedimientos de trabajo, integrando los aspectos de seguridad a todas las situaciones donde las desviaciones puedan causar errores, averías, accidentes, etc.

Con la normalización de los procedimientos de trabajo se trata de regular y estandarizar todas sus fases operativas para evitar alteraciones que puedan ocasionar pérdidas. Los aspectos de seguridad deben destacarse dentro del procedimiento normalizado de trabajo para que el operario sepa cómo actuar correctamente en las diferentes fases de la tarea. La integración de los procedimientos de trabajo y de las normas de seguridad debe ser flexible.

Cabría introducir las normas o recomendaciones de seguridad a medida que se van describiendo las diferentes etapas de la tarea, o bien se podría desarrollar un apartado específico relativo a normas de seguridad dentro de un procedimiento o instrucción de trabajo, ya sea porque se trata de una cuestión general (el uso de un determinado equipo de protección individual) o bien por tratarse de una cuestión específica de especial relevancia (efectuar una serie de verificaciones previas de la calidad del aire de un espacio confinado antes de iniciar cualquier trabajo en su interior).

Los responsables de las áreas de trabajo y de los procesos productivos son quienes deben ocuparse de la elaboración de los procedimientos de trabajo y de las normas específicas de seguridad, contando para su redacción con la opinión y la colaboración de los trabajadores.

Tanto las instrucciones de trabajo como las normas deberían ubicarse en un lugar visible cerca de los puestos de trabajo afectados.

En el mundo laboral se dan situaciones de peligro en las que conviene que el trabajador reciba una determinada información relativa a seguridad antes de efectuar lo que denominamos análisis del trabajo. Este análisis permite determinar las actuaciones que requiere una operación, los riesgos que comporta y las medidas de prevención adecuadas.

Los procedimientos de trabajo y las prácticas operativas parten del análisis pormenorizado del trabajo.

Concepto de procedimiento de trabajo

Se entiende por procedimiento de trabajo o práctica operativa la normalización del desarrollo de un determinado trabajo o actividad de acuerdo a unas pautas e indicaciones estándares en función de factores tan importantes como la seguridad, la calidad y la productividad.

Los procedimientos son los métodos para realizar un trabajo de principio a fin. Son convenientes para todo tipo de trabajo, especialmente para aquellos de alto riesgo potencial, que suelen definirse como trabajos especiales y que cada empresa ha de identificar previamente.

Los siguientes son ejemplos de trabajo especial:

  1. Trabajos con riesgo de incendio o explosión.
  2. Trabajos sobre o próximos a equipos energizados en tensión.
  3. Excavaciones.
  4. Trabajos en recintos cerrados.
  5. Trabajos en altura.
  6. Utilización de material eléctrico en determinados recintos.

Cumplimiento de las normas y procedimientos de trabajo

A la empresa le interesa conocer el grado de cumplimiento de las normas y procedimientos; este grado puede registrarse recorriendo el lugar de trabajo.

Usando un sencillo impreso, la Dirección de la empresa puede comprobar la efectividad del sistema. Cuando no se cumpla una norma o procedimiento para trabajos críticos, se han de adoptar medidas inmediatas que corrijan este incumplimiento.

Los mandos tienen que tener muy claro cómo actuar en caso de fallos y saber que se puede actuar de diferentes formas:

  1. Medidas disciplinarias. En caso de incumplimiento en materia de seguridad y salud laboral, puesto que se considera una infracción.
  2. Reconocimientos positivos:
    1. Colocar notas escritas resaltando una actuación excelente en el cumplimiento.
    2. Reconocer una actuación correcta al interesado.
    3. Tenerlo en cuenta para posibles promociones.

Fases en la elaboración de un procedimiento de trabajo

En la elaboración de un procedimiento de trabajo y práctica operativa hay que distinguir las siguientes fases:

  1. Identificación del trabajo u operación. La primera medida consiste en la determinación del trabajo u operación que, con carácter unitario, ha de ser objeto de la elaboración de un procedimiento de trabajo.
  2. División del trabajo. A continuación, se realiza un estudio de las fases en las que se divide la tarea, consignando entre otros datos los relativos a movimientos del trabajador, manipulación o control de materiales, herramientas, equipos útiles de producción y naturaleza del proceso productivo.
  3. Definición de riesgos. Se detallan los riesgos y los factores clave que los posibilitan en cada una de las fases en que se ha dividido el trabajo u operación.
  4. Medidas y controles. Una vez determinadas secuencialmente cada una de las fases del trabajo y definidos los riesgos, el siguiente paso consiste en establecer las medidas y controles que conviene adoptar para que los riesgos definidos en cada fase del trabajo no se materialicen. Para elaborar un procedimiento de trabajo aceptable es necesario poseer una formación teórica y práctica adecuada en la gestión de la prevención, así como un perfecto conocimiento de las instalaciones y de los procesos de trabajo.

Economía de la prevención: justificación de acciones correctivas

Para la toma de decisiones en el campo de la seguridad se deben utilizar, como en otras decisiones empresariales, criterios económicos de coste-beneficio. No obstante, este no es el único criterio, pues en esta materia cabe destacar la preponderancia que adquieren otros condicionantes como los aspectos legales, técnicos, morales y sociales.

Desde el punto de vista legal, normalmente el empresario adoptará todas las medidas necesarias para cumplir con aquellas obligaciones que estén contenidas en los supuestos de hecho de las normas sancionadoras laborales, administrativas, civiles y penales.

Desde el punto de vista moral y social, el empresario debería ir más allá de la adopción de las medidas preventivas preceptivas y considerar los datos técnicos pertinentes para ofrecer unas condiciones de trabajo más seguras. Esto conlleva, además de una buena imagen empresarial, un bienestar social que posibilita que no afloren conflictos ni chantajes de demanda (como ocurre ocasionalmente durante las negociaciones de convenios) y que se puedan alcanzar buenos índices de productividad.

Por otra parte, la utilización de criterios puramente económicos de coste-beneficio se debe hacer según estimaciones, pues nadie sabe con certeza los siniestros que pueden ocurrir en una empresa determinada durante un cierto periodo de tiempo.

Para ello hay que partir de datos estadísticos, bien sean históricos de la propia empresa, bien del sector o bien basados en previsiones.

Sin embargo, los costes son perfectamente cuantificables y, como dato orientativo, se puede señalar que las inversiones en seguridad en establecimientos industriales de nueva construcción rondan el 4% de la inversión total y los gastos corrientes se encuentran entre el 0,5 y el 2% del volumen total de los presupuestos anuales.

A pesar de los inconvenientes señalados en los párrafos anteriores, se han desarrollado diversos métodos con la pretensión de justificar las inversiones en seguridad. Estos métodos deben utilizarse con la pretensión no de obtener una determinada justificación de una inversión en seguridad, sino con la intención de comparar diferentes alternativas para seleccionar entre ellas la que objetivamente sea mejor. Entre estos métodos cabe destacar el de Rogers Pickers.

El método desarrollado por Rogers Pickers establece el factor de justificación de una medida de seguridad (J), expresado por la fórmula:

J = R × F / d

Donde:

  1. R = coeficiente de riesgo obtenido por el método Fine
  2. F = coeficiente de reducción del riesgo
  3. d = coeficiente de inversión

Los pasos para aplicar este método son los siguientes:

Calcular el coeficiente del riesgo (R) o grado de peligrosidad (GP) según el método de William T. Fine:

R = GP = P × E × C

Con los siguientes valores (distintos a los mencionados anteriormente en el método William T. Fine original, ya que los valores pueden ser modificados según el criterio del técnico competente):

Probabilidad

Coeficiente P

Frecuente

10

Muy posible

6

Poco usual

3

Raramente

1

Virtualmente imposible

0,1

 

Exposición al riesgo

Coeficiente E

Continua

10

Frecuente

6

Ocasional

3

Poco usual

2

Esporádica

1

Muy esporádica

0,5

Consecuencias

Víctimas por accidente

Daños por accidente (€)

Coeficiente C

Catastróficas

Muchas muertes

6.000.000

100

Muy graves

Bastantes muertes

601.000

40

Graves

Algunas muertes

60.100

20

Serias

Lesiones graves

6.010

7

Importantes

Lesiones leves

601

3

Notables

Lesiones sin importancia

60

1

Calcular el coeficiente de reducción del riesgo (F):

Reducción del riesgo (%)

Coeficiente F

100

1

70

0,7

50

0,5

0

0

Calcular el coeficiente de la inversión analizada (d), aplicando la fórmula:

 

Calcular el factor de justificación (J):

J = R × F / d

Factor J

Recomendación sobre la inversión

< 10

Dudosa justificación

10 - 20

Normalmente justificada

> 20

Muy justificada